PILAR PORTOCARRERO
A lo largo de mi vida me fui adaptando a ciertos cambios. Hubo una época en que fumaba una cajetilla de cigarrillos al día, y creía que si no lo hacía no podía escribir. Necesitaba ese escenario del humo, las colillas y el café para sentirme inspirada.
Empecé a tener mucha tos, y me daba vergüenza relacionarme con los demás, porque no podía hablar sin toser. Recuerdo que busqué en Internet a qué se debían mis síntomas y el dolor en el a espalda, y todo se relacionaba con el cigarrillo.
Me entró pánico al enterarme cómo sería mi final si seguía fumando, y lo bueno de todo lo que leí, fue saber que si dejaba el cigarrillo mis células se podían regenerar. Así que en noviembre del 2007, boté a la basura la mitad de mi cajetilla, y desde ese momento no volví a recaer en el vicio. Debo decir que me siento orgullosa de haber superado esta pequeña adicción, que solo me llevó a ganar algunos kilos de peso que ahora los perdí.
En estos momentos me recupero del ataque de tres virus dentro de mi organismo que me ha dejado con el hígado muy afectado. Debo cambiar mi alimentación y seguir un tratamiento para recuperarme por completo.
Es ahora que he vivido en carne propia esa frase que dice “La salud lo es todo”, porque sin energía no puedes hacer nada, todos tus proyectos y sueños se estancan. Llevo semanas tratando de salir de esto y aún queda mucho cansancio que espero desaparezca poco a poco.
Pero ahora he tomado la decisión de dejar el café, jamás pensé que llegaría este momento. Necesitaba una taza de café para empezar el día, otra a media tarde después de almorzar, y por la noche mientras terminaba de escribir.
Llevo tres semanas extrañando ese aroma que endulzaba mis pensamientos, ese sabor amargo que me encanta y que ahora he sustituido por la manzanilla, pero es necesario dejar todo lo que pueda afectarme para seguir adelante.
Amo la vida, y eso está por encima de todo.
“Soñar solo es el principio”
