PILAR PORTOCARRERO
Se dice que el amor es siempre el mismo, que podrá cambiar la época y la historia, pero siempre se dará dentro de nosotros de la misma forma: ansiedad, cosquillas en el estómago, nos volvemos cursis, a veces celosos, extrañamos a morir a quien nos gusta. Estamos eufóricos y todo cobra un mejor sentido.
Pero la manera de expresarlo ahora va de acuerdo a estos tiempos en donde las redes sociales marcan las pautas para todo. Se ha dejado la privacidad a un lado, ahora es más importante decirle “Te amo” a través del Facebook, del twitter, o usamos el WhatsApp para hablar y dejar mensajes.
Recuerdo que antes los padres se molestaban por las cuentas del teléfono porque nos prendíamos del aparato para tener largas conversaciones. Era bonito esperar a que vayan a visitarte, era como prepararse para una pequeña fiesta, donde te esmerabas en ver qué le ibas a ofrecer a tu enamorado.
Ahora todo es más simplificado. No hay visitas, ¿quieres verlo?, se usan las videosllamadas, envían fotos al instante o chatean por el Facebook, y solo se ven para cosas puntuales como salir al cine o a una reunión, para lo demás… están las redes.
Antes cuando tu enamorado te decía algo bonito te ruborizabas y él te comentaba: “Mi amor, estás roja”, y era un pretexto para un abrazo o un beso. Ahora si sientes que te arde la cara por algún mensaje, solo envías una “carita roja” y a seguir con la conversación.
Todo es más distante, hasta las peleas, que muchos hacen público con comentarios “bien directos” hacia la persona que aman. Es como una necesidad que ahora se tiene de ventilar tus líos amorosos y tus reconciliaciones cuando todo debería quedar más privado.
En definitiva, las redes son un gran avance y nos permite estar más comunicados, pero sepamos dejarlo a un lado cuando se trate de nuestra relación. Debemos usar más el teléfono y escuchar la voz, volver a caminar por los parques para conversar. Escríbele a mano tus mensajes, algo en donde vaya tu sello personal.
Conquístalo con tu presencia, tu sonrisa, tu voz. Sé alguien de este tiempo, pero con esos detalles que nunca pasan de moda y que llegan directamente al corazón.
Pilar
“Soñar es solo el principio”