Actualmente la libertad de prensa está pasando por momentos realmente complicados, cada vez son más constantes los ataques de algunos mandatarios de diferentes países en contra de algunos medios de comunicación, solo por cumplir con su función de transparentar actividades irregulares o contrarias al interés común de la población por parte de algunas administraciones gubernamentales.
Es evidente que algunos gobiernos pretenden someter a los pocos medios de comunicación objetivos e independientes, para poder realizar impunemente todo tipo de actividades, aunque algunas de estas acciones sean arbitrarias, injustas y hasta abiertamente ilegales.
Uno de los líderes políticos que más descalifica la función de informar a la sociedad internacional es el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald John Trump, quien desde que participaba en su campaña electoral decía que los medios de comunicaciones difundían información falsa o amañada, refiriéndose particularmente a aquellos que no coincidían con las encuestas que el presentaba, ahora como presidente lo sigue aseverando con más intensidad, bien sea a través de las redes sociales o manifestándolo en algunos actos oficiales.
La actitud que ha asumido el Presidente Trump, ha sido intolerante e irrespetuosa, porque los medios que no publican lo que él considera que es la verdad, los califica de tramposos o mentirosos, una muestra de lo anterior es su reciente publicación en el twwiter del 17 de Febrero, donde señala directamente a NY times, NBC News, ABC, CBS y CNN, argumentando que esos medios no son enemigos de él sino del pueblo americano, una afirmación ciertamente falsa.
Por otra parte, es importante aclarar, que Donald Trump no refleja el sentir de la mayoría de la sociedad norteamericana, recordemos que la mayoría de los electores estadunidenses votaron por la opción de Hillary Clinton, lo que confirma que son muchos los ciudadanos norteamericanos que simpatizan con los principios de la democracia, el derecho a la libertad de expresión, así como el trato respetuoso que se debe de tener entre las personas y las naciones, incluso esta teoría se corrobora cuando se da a conocer que históricamente tiene el porcentaje más bajo de aprobación de su gestión como mandatario norteamericano.
Pero Trump no es el único mandatario que se siente afectado e incomodado por el ejercicio del periodismo, también están sus homólogos de Cuba y Venezuela y ex-funcionarios de Argentina, Brasil, Chile, Perú, y en general todos aquellos que encabezaron administraciones cuestionadas.
En México son varios los ejemplos de mandatarios Estatales que se han sentido afectados por los periodistas, recordemos al “Gober precioso” Mario Marín del Estado de Puebla, a quien se le filtraron algunas llamadas telefónicas que sostuvo con su amigo el empresario Kamel Nacif sobre la detención de un pederasta, a Andrés Granier, del Estado de Tabasco a quien se le acuso de un importante desvió de recursos públicos.
También tenemos historias más recientes que se han debatido en los medios como la de los ex-gobernadores del Estado de Coahuila, Humberto Moreira, del Estado de Sonora Guillermo Padres, Rodrigo Medina de Nuevo León, Fausto Vallejo de Michoacán, Javier Duarte de Veracruz, Cesar Duarte de Chihuahua, Gabino Cue de Oaxaca y Roberto Borge de Quintana Roo.
En fin, hay muchos ejemplos de políticos intransigentes que desean callar a la prensa para poder realizar todo tipo de acciones en su beneficio, sin importar que este sea muy diferente al que tienen derecho sus gobernados, los ciudadanos tienen la última palabra, solo ellos determinaran a cuál de las dos partes respaldaran en este conflicto, la población decidirá si fortalece a estos dirigentes totalitarios o a los medios de comunicación que los informan cotidianamente de lo que acontece, con el objetivo de que tomen las mejores decisiones para su vida diaria.
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