AGENCIAS/EEUU
Se estremece el gabinete de Donald Trump, al renunciar, en medio del escándalo, su asesor de Seguridad Nacional. Michael Flynn. Esto sucede luego de darse a conocer que sostuvo conversaciones en diciembre con el embajador ruso en Washington, cuando aún no tenía ningún cargo y su jefe no era presidente de EEUU.
El general Flynn no ha dejado de contradecirse a la hora de explicar el contenido de sus charlas con el diplomático Sergei Kislyak, llegando incluso a perjudicar al vicepresidente Mike Pence.
El portavoz de la presidencia, Sean Spicer, admitió que Trump “evaluó la situación” creada por Flynn, y para conocer detalles estuvo en contacto con Pence para dialogar sobre este asunto.
Los congresistas demócratas reclamaron a Flynn que dimitiera o fuera despedido, mientras los republicanos optaron por guardar silencio. Al final, presentó su renuncia.
La polémica estalló desde el mes de enero, cuando salió a la luz que Flynn había conversado con Kislyak, pero el ahora consejero negó entonces haber abordado el tema de las sanciones.
El 15 de enero, cinco días antes de la toma de posesión, Pence apareció en varios programas de televisión para defender a Flynn y reiterar que no hizo mención a la cuestión de las penalidades en su charla con el diplomático ruso.
The Washington Post y el The New York Times informaron el viernes pasado que los servicios de inteligencia descubrieron que Flynn pidió al embajador ruso no reaccionar de forma desproporcionada porque la administración Trump podría revisar las sanciones cuando llegara a la Casa Blanca.
Mediante un comunicado de prensa señaló que dio información sesgada a funcionarios y al vicepresidente Michael Pence sobre el contenido de conversación con el embajador ruso, Sergei Kislyak.
“Estoy extremadamente honrado de haber servido al presidente Trump, que en tan sólo tres semanas, ha reorientado la política exterior del país en maneras tan fundamentales para restablecer el liderazgo de Estados Unidos en el mundo” señaló en un comunicado de prensa.
ANTES, DESPIDIÓ A SECRETARIA INTERINA DE JUSTICIA
No es la primera baja en el equipo de Donald Trump, antes y a diez días de que había iniciado su gobierno, despidió a la secretaria interina de Justicia Sally Yates después que ella anunció que no defendería en tribunales su controversial decreto sobre inmigración.
El Mandatario nombró en su lugar a Dana Boente, fiscal federal del distrito Este de Virginia.
La oficina de Prensa de la Casa Blanca dijo en un comunicado que Yates “ha traicionado al Departamento de Justicia al negarse a la aplicación de un decreto jurídico diseñado para proteger a los ciudadanos de Estados Unidos”.
El comunicado califica a Yates como una funcionaria del gobierno de Barack Obama “que es débil con respecto a las fronteras y muy débil respecto a la inmigración ilegal”.
La orden ejecutiva firmada por Trump el viernes suspende temporalmente el programa de refugiados de Estados Unidos y prohíbe la inmigración al país de siete naciones predominantemente musulmanas. Trump entonces seleccionó al senador Jeff Sessions para que encabece el Departamento de Justicia.