PILAR PORTOCARRERO
Otra de las grandes cosas que me ha enseñado la vida es a descubrir el porqué de algunas actitudes, miedos o rebeldías en mi comportamiento. Somos, definitivamente, el resultado de lo que vivimos en nuestra niñez, y que actúa como un detonante frente a determinadas circunstancias.
Si tuviste la suerte de tener un equilibrio emocional y crecer con pocos vacíos, tendrás muchos campos ganados, pero si no es así, el trabajo es arduo, pero no imposible, solo debemos detenernos y tratar de no engañarnos. Si no somos felices o repetimos el mismo comportamiento que al final nos deja amargura o frustración, debemos preguntarnos qué hacemos o dejamos de hacer para repetir el mismo patrón.
Debemos encontrar la punta de la madeja para desenredar la maraña emocional que nos impide avanzar hacia nuestra realización profesional y emocional.
Hace algún tiempo asistí a unas sesiones de coaching en donde descubrí que la razón por la que no avanzaba en mi carrera era por miedo al éxito. Parece tonto, ¿verdad?, todos tenemos miedo al fracaso, pero a mí me pasaba al revés. Y es que tenía miedo a las responsabilidades que eso implicaba. Pero una vez enfocado el problema trabajé en eso para solucionarlo. A los pocos meses tuve mi contrato con la editorial Mexicana y las cosas dentro de mi carrera siguen mejorando.
El asunto es que a veces preferimos seguir sufriendo porque ya nos acomodamos a nuestra tristeza y nuestra realidad, a enfrentarnos a ese cambio que puede presentar retos que ponga a prueba esa fortaleza que pensamos no poseemos.
¡Todos somos perfectos!, los miedos y las inseguridades son emociones aprendidas que podemos revertir cuando nos decidamos a seguir adelante.
No importa la edad, siempre podemos comenzar cada día siendo conscientes que cada tropezón no es un fracaso, sino una forma de aprendizaje que deberíamos poner en práctica para no tropezarnos con la misma piedra.
Pilar
“soñar es solo el principio”