Dentro del vendaval de protestas sociales en todo el país contra la corrupción y contra tanta alza de precios e impuestos que fueron detonadas por el gasolinazo como la gota que derramó el vaso, en el gobierno de Jalisco parece estarse dando lo políticamente correcto mientras en el gobierno federal literalmente “no dan una”.
A pesar de tantos anuncios, explicaciones y justificaciones del presidente Peña Nieto y de los miembros de su gabinete sobre el alza de la gasolina, es difícil – o casi imposible – encontrar un ciudadano que defienda la argumentación del gobierno federal sobre el gasolinazo. Es más, ni siquiera la mayoría de priistas (por diversas razones) se animan a defender al gobierno federal, pues saben que vox populi es vox Dei.
Las razones de lo indefendible son bastantes: Una, porque las explicaciones que da el gobierno federal no son realmente creíbles, pues carecen de sustento y no pasan por el rigor de la razón. Otra por los antecedentes de la incumplida promesa pública presidencial en el 2015 de que no habría más gasolinazos. Otra más por la firma del Acuerdo para el fortalecimiento económico y la protección de la economía familiar abollado y exhibido por la COPARMEX. Una más con el reciente anuncio presidencial de que la gallina de los huevos de oro (negro) se nos acabó y otras muchas que no tiene sentido mencionar, porque todas llevan a donde mismo: Se pide al pueblo como siempre que pague el yerro en la política económica de nuestros gobernantes, mientras el país se carcome por la corrupción y porque todos esos anuncios, acuerdos y llamados al sacrificio por el gobierno federal son parejos; pues al común del pueblo se nos pide sacrificio y comprensión, mientras del otro lado no se escucha que se le pida sacrificar algo a los miembros del gabinete y a la partidocracia, mucho menos se ve que ellos ofrezcan dar algo de lo que a manos llenas han recibido.
Bálsamo para el pueblo sería escuchar del gobierno federal que se venderá el lujoso avión presidencial, que el poder legislativo y judicial federal se bajara sueldos y se eliminarán bonos económicos; que se recortarán o eliminarán partidas económicas a rubros innecesarios y superfluos como comunicación social, gastos de representación, etc.
Pero no pasa eso. En el gobierno federal siguen queriendo parar las protestas y el enojo social a punta de pura saliva y hasta ahora no ha funcionado. Tan es así que nunca en lo que va del sexenio se había visto al presidente de la República llevar a cabo tantas acciones y dar tantas explicaciones sobre el alcista inicio de año prendido por el gasolinazo.
En medio de tanta protesta, llama la atención y es de reconocerse el manejo políticamente correcto de esta crisis llevado a cabo por el Gobernador del Estado Aristóteles Sandoval; quien para contrarrestar el enojo social ha contenido el aumento del transporte público, ha prorrogado un año el arranque de la verificación vehicular, gestiona gasolina más barata y su partido acaba de meter un golazo político al proponer que los partidos políticos no reciban financiamiento en año no electoral y se mantengan – como debe ser- de las cuotas de sus militantes.
Sin duda el Gobernador de Jalisco ha llevado a cabo en estos días un intenso y reconocido trabajo para paliar los efectos de las alzas de año nuevo, lo que le ha valido el reconocimiento incluso de sus acérrimos adversarios políticos.
Para quienes dudaban de su capacidad por su juventud, desde hace mucho tiempo nuestro joven gobernador demostró haber alcanzado la mayoría de edad y en esta crisis del gasolinazo parece haber alcanzado el grado superior en la política. Hasta hoy ha hecho lo políticamente correcto, lo que no ha pasado con el gobierno federal que hasta hoy no ha llevado a cabo acciones suficientes para convencer al pueblo de no salir a las calles a protestar tan airada y justificadamente.
En medio de la peor generación de gobernadores que ha tenido el país, brilla para bien, nuestro gobernador de Jalisco y eso es justo reconocerlo dentro de todo lo malo que nos está pasando.