Cuando el gobierno federal tomo la decisión de eliminar el subsidio a los dos tipos de gasolina y del diésel (que el congreso de la unión la aprobó), seguramente las dos instancias contemplaron que los mexicanos se iban a molestar, pero no pronosticaron que lo harían de la forma tan intensa como se están manifestando ahora en todo el territorio nacional.
Y es que esta decisión no solo fracturo más la confianza y la relación entre la sociedad y los funcionarios federales, sino que hasta la misma población se está dividiendo, porque por un lado están los paisanos que defienden que era necesaria la medida de quitar el subsidio de los combustibles, porque nuestro país produce menos de la mitad de la gasolina que requiere para la suma de automotores que circulan actualmente.
Lo que hace conveniente que vengan algunas compañías extranjeras a vendernos la gasolina que no alcanza a producir la refinería de Pemex, solo que estas no invertirían en nuestro país, si la gasolina es más barata que en otros lugares porque entonces no sería negocio para ellas.
Por otra parte están los compatriotas que están hartos de pagar las consecuencias del deficiente trabajo de las autoridades, porque cuando no se toman malas decisiones por la inexperiencia o incapacidad de algunos gobernantes, aparecen constantemente algunos políticos exageradamente voraces cometiendo actos de corrupción a diestra y siniestra durante la cabalidad de sus periodos de gestión.
En lo que sí están de acuerdo la mayoría de los ciudadanos, es en que se deberían de identificar e investigar a todos esos políticos que sin escrúpulos se robaron los recursos públicos que aportaron los mexicanos a través del pago de sus impuestos.
También coinciden en que se deberían de investigar a los representantes gubernamentales de los tres niveles de gobierno que recibieron cuotas de los diversos grupos la delincuencia organizada a cambio de permitirles operar impunemente, cobrando derechos de piso a los comerciantes y demás sectores productivos, extorsionando, secuestrando y hasta asesinando a todo aquella persona que no accedía a sus pretensiones o que se oponía a sus intereses.
La población está cansada de mantener a los tres niveles y a los tres poderes de gobierno, que solo malgastan o sustraen los recursos públicos, además de ser ineficientes, omisos e ineficaces.
También está fastidiada de la inseguridad pública, y de la complicidad de las autoridades con la delincuencia común y organizada.
De los compromisos que tienen casi la totalidad de los políticos de todos los partidos y de que varios de sus militantes cuando accedieron al poder hayan incurrido en actos graves de corrupción, pero lo más irritante ha sido que estos traidores a los electores que los eligieron, no sean llevados ante las instituciones de justicia y que los pocos que han sido requeridos fueron liberados casi inmediatamente, es decir, no hubo ningún castigo o enfrentaron penas verdaderamente inofensivas.
Lo justo es; que se castigue severa y ejemplarmente a todos los políticos que incurran en actos de corrupción, pero además que se les obligue a regresar todos los recursos hurtados y que estos se utilicen inmediatamente en el presupuesto federal para disminuir el alza de precios en los productos y servicios que se están desencadenando, más aún, deberíamos de terminar con la impunidad que es el principal atractivo para que los burócratas se conviertan en ladrones.
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