Pasamos por esta vida acumulando experiencias, buenas y malas, que muchas veces nos llevan a tomar decisiones que nos cambia el camino. Felizmente es una era donde hay mucha información que nos ayuda a tomar estos cambios de la mejor manera, muchas veces con la ayuda de un terapeuta que nos lleva a mirar los problemas desde otra perspectiva, saliendo de uno mismo y sin ponerle emoción.
Confieso que últimamente soy una asidua lectora de los libros de autoayuda, que me han “ayudado” a descubrir mis puntos débiles, los que me convirtieron en blanco de gente que llegó a herirme.
Entendí que la mayor parte del tiempo actuamos guiados por patrones mentales que repetimos inconscientemente, producto de nuestra infancia, y la vida que llevamos cuando fuimos niños o adolescentes.
Me di cuenta, también, que yo tenía el poder de cortar con todo, y gracias a la ayuda de una doctora, la carga que llevaba sobre mi espalda es cada vez más ligera.
Esto no significa que uno debe aprender a olvidar, sino a mirar todo lo que te sucede como un aprendizaje que te eleva y te hace más fuerte. No estoy repitiendo una lección a la paporreta, solo comparto una experiencia de vida donde tuve dolor, decepciones y en donde batallé mucho con la culpa, pero en donde aprendí que en la vida no hay nadie más importante que uno mismo.
Soy madre, y mis hijos ocupan un lugar preferencial dentro de mi corazón, pero si yo no me encuentro bien emocionalmente, ¿qué podría ofrecerles?
No hay que pretender que no llevamos cicatrices, tampoco se trata de hablar todo el tiempo de ellas, sino de darles el justo lugar para observarlas y recordar lo que aprendimos. A veces para compartirla, y ayudar a quien pasa por el mismo trance amargo que ya superaste.
Cicatrices de amor, de amargura, decepciones, pero al final son parte de nuestras batallas y de nuestra vida, y deben ser las medallas de honor que llevemos dentro del alma, porque son una prueba de lo que aprendimos, y lo que ahora somos a pesar de las tormentas y los malos ratos.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
