PILAR PORTOCARRERO
En esta etapa de mi vida me he dado cuenta de muchas cosas. Primero, que todas las enseñanzas de mi abuela y de mi madre me han hecho aceptar determinadas circunstancias como verdades absolutas, llevándome a la resignación y a querer acomodarme a situaciones donde no era feliz, solo porque me hicieron pensar que ser mujer era ser víctima.; y que a mayores desgracias o sufrimientos mucho mejor, eres valiente porque puedes sobrellevar el dolor.
Pero mi alma es rebelde y hubo un momento en que ya no resistió vivir bajo la sombra y quiso encontrar su propia luz.
Entonces la culpa entró a tallar porque me costó aceptar que soy importante. Mi madre y mi abuela nunca me dijeron eso; jamás me repitieron que debía amarme, y empecé a sentirme culpable por pensar en mí y en lo que yo quería.
De pronto me miraba en el espejo y me decía ¿Cómo me amo? ¿Qué universo entra dentro de esta frase?, no sabía por dónde empezar.
Leer libros te ayuda, te da una base, lineamientos, tips, pero la verdadera lucha empieza desde adentro, cuando comprendes que la culpa y la felicidad no se llevan bien. Que si quieres tocar las estrellas pues tienes que quitarte la mochila donde guardas todo lo que no te hace falta: recuerdos, amarguras, decepciones, y liberarte de la sensación de que haces mal solo porque ahora reparas que tú también ocupas un lugar en este planeta.
Pero, ¿cómo te quitas el yugo que tú misma te has puesto?, donde, además, viviste cómoda por mucho tiempo.
Lo segundo que aprendí es que todo tiene un proceso y que algunas personas lo resuelven más rápido que otras, pero hay que tener paciencia. Lo importante es descubrir el centro donde se generan tus culpas y sacarlas poco a poco de ti. ¿Cómo?
Desprendiéndote de los pensamientos que son los culpables de las actitudes que tenemos frente a la vida. No poniéndole emoción, pero tampoco es fácil, pero si llegas a entender que nadie más pasará los límites que tú le pones a los demás, entonces irás avanzando.
Lo tercero que aprendí es que el corazón nunca se equivoca, solo que nosotros queremos gobernarlo con nuestra terquedad. Tu corazón te dice “Ten cuidado”, y tú respondes “No pasará nada”
Y siempre pasa de todo y nuevamente nos llenamos de culpa, solo que ahora realmente comprendí que si quiero ser feliz, no debo agobiarme por lo que digan los demás. Todos pensarán distinto a mí. Me duelen algunas palabras, pero el dolor ya no queda, quizá porque ahora miro de diferente manera las cosas.
La víctima ya murió, y ahora queda una mujer con todas las ganas de mirar hacia adelante, y me encanta ir descubriendo que cada vez mi equipaje pesa menos.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
*Pilar Portocarrero, escritora originaria del Perú y colaboradora de MinervaMultimedios.Com estará en la próxima versión de la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara. Está al pendientte de nuestras publicaciones y pronto te diremos como puedes conocerla.