*CRÓNICA DE UNA VENGANZA SOCIAL
VÍCTOR CHÁVEZ OGAZÓN
(Colaboración Especial)
Una pistola Glock calibre 9 milímetros, con su “recámara abierta” hacia el lado derecho y que por ende lanza por ahí los cascajos vacíos, fue utilizada por un hombre a bordo de un camión para acabar de siete disparos con cuatro asaltantes, a tres de los cuáles remató. Es el “Ángel Exterminador” que hoy buscan las autoridades, suponen -por el arma- que es policía- y que tendría que ser condenado a prisión, ya que se excedió en lo que pudo ser una legítima defensa.
El sujeto, que desapareció entre las sombras, al que ninguno de los pasajeros puede identificar, devolvió la mochila con los objetos robados, principalmente teléfonos celulares y carteras, a los afectados y se fue caminando. Ya no llegó a su destino en el mismo camión, evidentemente no quiso correr ningún riesgo.
No hay rostro ni edad, solo se sabe que apareció el lunes pasado, como a las 6 de la mañana, para acabar con esos cuatro sujetos que subieron como pasajeros, ocuparon los asientos de la mitad de camión y que de pronto, por la carretera México-Toluca, se pusieron de pie para amagar con navajas y pistolas, a los pasajeros.
Se distribuyeron por todo el camión, amagaron a los pasajeros y uno de ellos dio la instrucción clara: Depositar teléfonos celulares y carteras dentro de un bolso. Uno de los más jóvenes estuvo amagando en todo momento con una navaja al hoy “Ángel Exterminador”, quien aprovechó un descuido para dispararles a los cuatro, dentro del mismo camión, según los cuatro cascajos encontrados en los maleteros superiores de los asientos.
A tres les dio en el costado izquierdo, a uno más, ya cuando bajaba corriendo por los escalones, en plena espalda y éste fue el primero en morir, casi en forma instantánea, ya que la bala le perforó una arteria.
A los otros tres, que corrían heridos hacia la parte trasera del camión, queriendo esconderse en el bosque de la Condensa, los remató con tiros certeros en la espalda y cráneo.
Tomó entonces la maleta, regresó al camión, la depositó en un asiento y les dijo. “Tomen sus cosas”. Él se fue y hoy es el hombre más buscado.
Los cuatro muertos suponen que eran parte de una banda que venía operando por años en la zona. Faltarían más cómplices, que hoy se la pensarán dos veces para asaltar a los pasajeros de otro camión.