PILAR PORTOCARRERO
Hay mucha palabrería en las personas, todos hablan de libertad y exigen que se les escuchen, pero cuando la libertad viene de otros algunas veces llega a incomodar.
En la vida de todos siempre hay circunstancias que te hacen evolucionar, que te hacen más seguro y te dan más confianza para expresarte y sacar lo que llevas dentro, lo que te define y te hace ser quién eres.
Así hay muchos que han salido del “clóset” y han confesado su homosexualidad, y ante esas circunstancias muchos han dicho “Qué bien que lo diga”, pero todo es de boca para afuera, porque si estarían dentro del entorno de quien se confesó gay, no lo asumirían tan natural. Y es donde empiezan a salir las frases “Cuando estés con nosotros procura ser más hombrecito. Te respetamos, pero también respétanos a nosotros”
Y así en cada hecho de la vida donde alguien sorprende con algo, o sale del metro cuadrado donde siempre se ha movido, es cuando ves que la libertad es una utopía dentro del terreno personal, donde cuesta hacer frente a los límites que muchos ponen a nuestros pensamientos y actitudes.
Todo está bien mientras no hables o no te comportes fuera de los límites que ellos establecen, amparándose en que no están acostumbrados a la nueva versión de lo que eres. Un punto que a mí me lleva a reflexionar…
¿Realmente se incomodan frente a las nuevas circunstancias?, o ¿la incomodidad y fastidio es hacia ellos mismos porque no saben lidiar con cambios que ponen a prueba los conceptos cuadrados que realmente gobiernan sus vidas?
Pilar
“Soñar es solo el principio”
