AGENCIAS
El amo y señor del Western al puro estilo mexicano, Mario Almada, murió a los 94 años de edad y deja un legado de 400 películas de acción. Hay quienes lo califican como “El Chuck Norris” mexicano y otros como “El Harry Sucio” mexicano.
Su forma de actuar, pausado, calculador, con una puntería extraordinaria, amante del revólver calibre .44, se destaca por sus películas de acción y entretenimiento, taquilleras en su momento, pero también calificadas como “churros”.
Al final siempre estaba ahí, con el tema del momento, luchando contra narcos y pistoleros, incluso seres extraños.
Considerado por muchos como un gran actor en películas de acción, quien dentro de su carrera tiene premios como la Diosa de Plata ganado dos veces en los años 68 y 69, además del Ariel en los años 84 y 87 como mejor actor.
La última de sus 400 producciones fue la denominada “El Infierno”.
Su cuerpo será cremado y se celebrará una misa en su honor en Cuernavaca, Morelos.