Mi sueño siempre fue escribir novelas románticas, pero jamás imaginé que en medio de esta ruta me desviaría un poco del camino.
Siempre digo que las historias me buscan, y sin darme cuenta empecé a escribir “Habitación 405”, una novela que sería parte de la colección que ya está en el mercado, y que me sorprendó por el giro que dio y que fue imposible parar.
Me encontré en medio de una pasión que exigía besos sin censura, y de un deseo que no tenía límites; que deseaba salir a la luz de la manera más natural.
Confieso que me asusté, y quise moldearla para que entrara dentro del formato de las demás historias, pero no pude meter tanto fuego dentro de un espacio reducido.
Y fue así que acepté el reto de rebelarme contra la educación conservadora que recibí, la que siempre ha tratado de ponerme límites, para escribir una novela atrevida y audaz, que los hará estremecer por el placer que encontrarán entre sus páginas, por los conflictos que saldrán a la luz capítulo a capítulo, y por la fuerza de una historia que terminó por hacerme llorar.
“Habitación 405” ha cambiado muchas cosas en mí, como profesional me ha dado otra perspectiva de lo que es la literatura, ya que entrar en el mundo del erotismo no es fácil, si quieres conservar una elegancia que cautive y enamore más allá de escenas candentes que despertarán sus instintos.
Y en cuanto a mi vida personal, la ha enriquecido; me siento segura y capaz de enfrentar cualquier cosa. He salido del cuadrado donde me movía repitiendo las escenas aprendidas, y ahora dejo que la vida me sorprenda.
Ya no me preocupa el futuro, si mi presente tiene muchas aristas que debo resolver, ¿para qué agrandar mis preocupaciones por algo que aún no se ha presentado?
Disfruto, gozo y declaro… porque eso sí… creo en el poder de la palabra lanzada al universo, y creo que todo lo que le gritas al mundo regresa a ti con el efecto de un búmerand. Y yo deseo ser la reina del erotismo, es un reto que asumiré con responsabilidad, y la pasión que llevo en la sangre cada vez que escribo mis novelas.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
