POR FRANCISCO JIMÉNEZ REYNOSO
En las últimas décadas, México se ha caracterizado por contar con gobernantes, en términos generales, salvo contadas excepciones: traidores de la patria.
Recordemos algunos de ellos: aquellos quienes han mutilado la verdadera historia de lo que ha ocurrido en México, principalmente con el vecino país del Norteamérica.
Ya que en el pasado año 1840, ondeó la bandera norteamericana en el palacio de Chapultepec y precisamente en este año, México fue mutilado por cerca de 3 millones de kilómetros cuadrados, ya que nuestro país, contaba con una extensión de aproximadamente 5 millones de kilómetros cuadrados y hoy cuenta solamente con 1 millón 900,000 km².
La historia en mi opinión, no tiene por ningún motivo que ser mutilada ni alterada, simplemente debe estar ahí para ser analizada y estudiada, con la finalidad de no repetir los mismos errores según la frase de Napoleón Bonaparte.
Decenas o cientos de traidores hemos tenido en México, que han entregado a nuestro país o parte de él, en sus riquezas, ya sea petróleo, metales preciosos o naturales, entre otras.
Hoy por hoy Enrique Peña Nieto, “representante” de los mexicanos, invitó a un “ciudadano” norteamericano que aspira a ser presidente del vecino país, que tanto daño nos ha hecho, recordemos las palabras de Porfirio Díaz Mori: “pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
Una invitación por demás extraña y estúpida.
Ya que dicha invitación se llevó a cabo sin la aprobación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo cual en mi opinión podría traer consecuencias jurídicas.
Entiendo que en este momento el presidente de México se encuentra en uno de los peores momentos en relación a su popularidad y por ello podría buscar desesperadamente el intentar levantar su imagen. Por lo anterior entendería perfectamente que invitara a este candidato a México “con la intención de debatir públicamente y exigirle se retractara de lo dicho en relación a las ofensas que ha proferido al pueblo de México tratándolo como criminal”.
El hecho de haber sostenido una charla en lo oscuro, mucho deja que desear en el pensamiento colectivo entre los mexicanos, además considero que no es suficiente la caída de Videgaray, ya que millones de mexicanos hemos padecido de las decisiones que este personaje tomó en contra de un pueblo dolido en cuanto a su economía y solamente bastó el paso de este personaje para que se cristalizara su caída.
Lo anterior sin duda alguna, podría constituir lo que algunos consideran una tradición y recordemos que al Presidente de la República de México, solamente podría juzgársele según señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por dos motivos: traición a la patria o delitos graves del orden común, según el artículo 108 de nuestro máximo ordenamiento legal.
En base a lo anterior, no se descarta la posibilidad de un juicio político en contra de un presidente que al parecer su pueblo aborrece, pero que por falta de figuras jurídicas como lo es la revocación de mandato, tenemos que soportar.
Lamentablemente, no veo a los estadistas Mexicanos, planeando la defensa de nuestra patria, en contra de la voracidad de algunos Norteamericanos, que podrían nuevamente activar la doctrina Monroe.
Dr. en Derecho. jimenezabogado@gmail.com
