El pasado miércoles 14 de Septiembre, un sujeto identificado como Luis Homero Águila, ingreso armado hasta el interior de las instalaciones de la Fiscalía General del Estado de Jalisco y les disparo a varias empleadas de esa dependencia.
El saldo hasta el momento es de dos injustas muertes, una de la Trabajadora Social María Verónica García Carmona y la más reciente de la Agente del Ministerio Público Laura Castañeda Amaral, además de las lesiones graves de otras dos Trabajadoras Sociales, Elizabeth Flores Sánchez y Araceli Bautista Rocha.
Inexplicablemente el agresor logro pasar los filtros de seguridad de la dependencia y una vez en su interior le disparo a quemarropa a las funcionarias, luego el personal de la policía investigadora reacciono y lo abatió en la misma área donde realizó este impredecible y cobarde acto de frustración.
Posteriormente la misma dependencia daría a conocer que Luis Homero, se había desempeñado como Sargento en Ejercito Mexicano, de donde había sido dado de baja por problemas de esquizofrenia, también se señaló que este individuo se había molestado porque había denunciado a su dentista por supuesta negligencia médica, pero la resolución judicial de su averiguación no había sido a su favor.
De la misma forma se indicó, que el ex-militar tenía algunos años trabajando en las inmediaciones de la fiscalía realizando escritos y tramites, por lo que al ser común su presencia se relajó su vigilancia, no obstante el Fiscal General Eduardo Almaguer, manifestó que este relajamiento de la seguridad en la dependencia “no era válido ni permitido” y que habría consecuencias al respecto.
Si bien es cierto que se difundió que el atacante padecía de un desequilibrio mental, también es importante tomar en cuenta que la población se está cansando de la ineficiencia de los organismos responsables de procurar e impartir justicia en este país.
Actualmente ya no se requiere conocer a detalle las estadísticas sobre los pocos casos que se resuelven a favor de las víctimas u de los ofendidos de los delitos, para saber con certeza de que existe una enorme insatisfacción en la sociedad en el importante rubro de la justicia.
Casos tan deplorables como este deberían de tomarse en cuenta con absoluta seriedad si es que las autoridades y los ciudadanos queremos verdaderamente evitar que estos actos tan atroces se repitan, esto requiere de un análisis y una revisión más profunda de todos los procesos que se realizan para alcanzar una autentica justicia, ya que este derecho cuando se reclama ante las dependencias correspondientes termina desvaneciendo cada vez más.
La seguridad pública y la procuración e impartición de justicia son fundamentales para el bienestar y el desarrollo de la sociedad mexicana, pero penosamente nuestras autoridades nos siguen debiendo mucho al respecto.
Finalmente, deseo expresar nuestra empatía, solidaridad y oraciones para las funcionarias caídas en el cumplimiento de su deber, para las lesionadas, así como para sus familiares y amigos.
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