El psiquiatra sevillano que ha desarrollado su carrera en Estados Unidos con diferentes cargos sanitarios en Nueva York indica que una actitud positiva ayuda mucho a convivir con una enfermedad incurable.
“Una vez que la idea de cura se ha eliminado, la estrategia es mantener una buena calidad de vida que haga pensar que vivir vale la pena”.
“Conseguir bienestar, sentirnos satisfechos, al final pasa por las relaciones con tenemos con los demás, promover las relaciones afectivas es una forma de positivismo frente a la enfermedad”, apunta.
“Aconsejo que se diversifique las parcelas de felicidad, no hay que poner todos los huevos en la misma cesta, hay que diversificar las fuentes de satisfacción de forma que si te va mal en una, haya otros de las que obtengas ilusión y ganas de vivir”.
Trabajar, mantenerse activo física, mental y socialmente es otro arma para convivir con la enfermedad, siempre y cuando no sea incapacitante. “Es fundamental para la autoestima -apunta- Tener una opinión positiva de uno mismo ayuda a sentirnos motivados para actuar, para vivir, para compartir con los demás”.
La batalla contra el miedo
El miedo es un compañero de viaje del enfermo, “Los padres deben minimizar el miedo del niño normalizando su vida y desarrollando la confianza en sí mismo. Sin embargo, el adolescente intenta superar ese miedo retando a la enfermedad, resistiéndose al tratamiento y complicándose la vida hasta que aprende”, manifiesta el psiquiatra.
El adulto mira al miedo de frente. “Sobre todo porque entiende la relación que tiene el tratamiento con una calidad de vida”.
Artículo publicado por: EFE Salud, este es solo extracto del articulo completo llamado “El enfermo crónico debe apartar el sentimiento de culpa”