Nuevamente hay luto en el medio artístico mexicano por el fallecimiento de Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como “Juan Gabriel”, uno de los canta-autores más importantes de este país.
Según lo reportado por diversos medios de comunicación el cantante murió de un infarto, alrededor de las 11:30 horas del domingo 28 de Agosto, en su casa de Santa Mónica, California, a los 66 años de edad.
Descendiente de una familia realmente humilde compuesta por su padre Gabriel Aguilera Rodríguez, su madre Victoria Valadez Rojas y sus hermanos Rosa, Virginia, José Guadalupe, Gabriel, Pablo, Miguel y tres de nombre Rafael, a pesar de no ser una persona académicamente instruida, llego a conquistar a mexicanos y extranjeros con su sorprendente sensibilidad y talento.
“El Divo de Juárez” era realmente originario de Parácuaro, Michoacán, pero vivió la mayor parte de su vida en Ciudad Juárez, Chihuahua, se estima que compuso aproximadamente 1800 canciones, grabo más de 35 discos, que vendieron más de 100 millones de copias por todo el mundo y sumo 40 años de trayectoria a lo largo de su prolífica carrera artística.
Participo en la filmación de algunas películas y le fueron grabadas más de mil de sus canciones, por un poco más de doscientos artistas diferentes, sus composiciones se reprodujeron en idiomas como el español, inglés, francés, alemán, Italiano, Portugués, Japonés, turco y Ruso, las cuales vendieron otros 50 millones de discos más.
En el transcurso de la semana pasada también había muerto la actriz Eva María Muñoz Ruiz, mejor conocida como “Chachita”, artista muy querida en el medio del de Cine, del Teatro y de la televisión, de quien difícilmente el público olvidara su majestuosa participación en las cintas “Pepe El Toro” y “Nosotros Los Pobres” del también finado Pedro Infante, entre otras destacadas actuaciones.
Ambas noticias impactaron profunda y particularmente a la mayoría de las personas que pertenecemos a la generación que ha aportado estos artistas tan sobresalientes, porque nos genera una enorme tristeza y nostalgia su partida, además de acompañarnos durante nuestra existencia con los nobles y positivos efectos de su talento, indudablemente también nos incita a reflexionar con melancolía, cómo cada día también nosotros estamos más cerca de llegar al final de este proceso natural de nuestras existencias.
Nuestras oraciones para que descansen en paz estos talentosos seres humanos que con sus aportaciones le proporcionaron la sal y la pimienta a nuestras vidas.
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