No te lo comas porque ya “lo besó el diablo”, es una expresión propia de la cultura mexicana que se usa alegóricamente para educar a un niño cuando se le cae comida al suelo, la que no se debe de comer porque está contaminada.
En el argot político mexicano la paternidad de la frase “ya lo besó el diablo” se le atribuye al expresidente del PRI nacional Gustavo Carvajal Moreno, quien en 1980 durante el sexenio de José López Portillo (cuando el PRI era imbatible) tuvo el encargo de manejar la sucesión presidencial de 1982 y enfrentó un serio problema consistente en que el expresidente Luis Echeverría desde su residencia en San Jerónimo, ciudad de México ejercía un fuerte activismo político fuera de los cánones no escritos (el que manda es el presidente) tratando de influir en la designación del candidato presidencial del PRI; para lo cual recibía en su residencia aspirantes y suspirantes a la banda presidencial. Carvajal Moreno, tratando entonces de contener la actividad futurista de Luis Echeverría, advirtió públicamente que aquellos que hubieran ido en busca de respaldo a San Jerónimo (léase con Luis Echeverría) habían recibido el “beso del diablo”.
El beso del diablo con el tiempo convirtió en una frase utilizada para ilustrar alianzas políticamente inmorales entre personajes caídos en la desgracia pública con otros que tienen aspiraciones electorales inmediatas. Uno de los besos del diablo más recientes a nivel nacional es el que según López Obrador le dio Carlos Salinas al actual jefe de la Ciudad de México Miguel Mancera al declarar públicamente que este es “su gallo” para 2018.
En Jalisco, el día de ayer MINERVA MULTIMEDIOS dio cuenta en su nota “JALISCO QUIERE POLÍTICOS OBREROS. ALFARO CON LA CROC; NO ES COQUETEO, DICE” del beso del diablo que la familia Barba de Tlaquepaque le dio al presidente municipal de Guadalajara y aspirante a la Gubernatura del estado Enrique Alfaro. El evento de la CROC que maneja Alfredo Barba Hernández y su familia (porque hay otra que dirige Antonio Alvarez Esparza) en el que se tomó la protesta a los integrantes de los Comité Políticos y de Promoción Social de este organismo sindical sería un evento más que por sí mismo no tendría localmente ningún impacto político, pero lo que resultó ser una noticia bomba fue la presencia en el evento de Enrique Alfaro y la – muy notable – ausencia del presidente del PRI Jalisco José Socorro Velázquez y algún representante de este. Este hecho solo tiene una interpretación política: existe una alianza de facto entre la familia CROC – Barba con Enrique Alfaro con miras a la sucesión gubernamental que se avecina y por ende un rompimiento de la familia CROC – Barba con la actual dirigencia del PRI Jalisco.
El suceso político ha cimbrado a todos los involucrados en el actual proceso de la sucesión gubernamental del estado, pues tiene todas las características de un auténtico “beso del diablo” de la familia Barba hacia Enrique Alfaro porque la familia Barba es detentadora de un férreo cacicazgo del municipio de Tlaquepaque y está señalada de practicar los peores vicios del PRI, esos que reiteradamente Enrique Alfaro dice que combate. Se trata de una alianza de facto públicamente inconfesable pero que estaría tejiendo una red operativa electoral a favor de Enrique Alfaro en Tlaquepaque y otros municipios donde tiene fuerte presencia esta CROC ante la evidente rebeldía y eventual rompimiento de la Alcaldesa de PMC en Tlaquepaque María Elena Limón con el proyecto de Enrique Alfaro.