PILAR PORTOCARRERO
Cada vez que estoy en una feria de libros me sorprendo por la cantidad de gente que grita de muchas maneras su infelicidad. Y es que cuesta guardar las emociones porque ellas gobiernan nuestros pensamientos, gestos y comentarios.
A veces somos muy abiertos y decimos a voz en cuello “Yo no creo en el amor”, otras recurrimos al sarcasmo para decir: “El amor, ¿existe?”, o decimos… “El amor no es para mí”, como una forma de sacar cuerpo sin ser muy explícitos.
Tuve una conversación algo extensa con una señora que trataba de convencerme que todo lo romántico no es real, y que yo vendía “humo”, para citar textualmente sus palabras.
No es una conversación nueva para mí, siempre me ocurre lo mismo, y la verdad… solo dejo que hablen. Nada de lo que yo les diga les hará cambiar de opinión, salvo que sus circunstancias cambien y eso las lleve a la felicidad.
Creo que lo romántico es algo subjetivo, muchas mujeres sueñan con una cena a la luz de velas o un viaje en crucero con la persona que aman, pero para otras lo romántico es compartir un jacuzzi o simplemente tomar una cerveza dentro del auto.
Lo importante es disfrutar el momento, no importa el lugar; y cuando menos planificado sea todo fluirá naturalmente. La cena y los lugares son escenarios que forman parte de un sueño romántico y que a veces no llenan nuestras expectativas porque falta lo esencial:
-Ese beso que no lo esperabas y que te llena de emoción.
-Esa mirada que es capaz de acariciarte sin tocarte.
-Y esas palabras dichas en el momento exacto y que tocan tu corazón.
Pilar
“Soñar es solo el principio”
