AGENCIAS/GUADALAJARA, JALISCO
Autoridades detuvieron, retuvieron, liberaron y finalmente tuvieron que dejarlo ir, al cantante Gerardo Ortíz, intérprete de narcocorridos, pero acusado de apología del delito a partir del video Fuiste Mía, que contiene escenas violentas.
El video “saltó a la fama” a partir de que ahí aparecieron dos patrullas y cuatro policías de Zapopan, tres de los cuáles están prófugos y otro más detenido.
La semana pasada se había difundido que existía la orden de aprehensión, sin embargo esto no impidió que Gerardo Ortíz hiciera el viaje de su natal Culiacán, Sinaloa, hacia Jalisco, llegó por la madrugada a estas tierras por avión.
Y fue precisamente ahí que personal de la Policía Federal lo identificó y procedió a su captura. Era la una de la mañana con 15 minutos.
De inmediato, al detectar que tenía orden de aprehensión vigente, fue puesto a disposición de personal de la Fiscalía General de Jalisco qué a su vez, tras enviarlo al examen médico, lo internó en el Reclusorio Preventivo de Guadalajara a disposición del Juez Segundo de lo Penal, que era el que lo reclamaba.
No estaba de guardia el juzgador, pero en domingo apareció horas más tarde para tomarle la declaración preparatoria y enseguida fijarle la respectiva fianza para que alcanzara la libertad. La apología del delito es considerado como no grave, con sanción máxima de seis meses de prisión y derecho a la libertad bajo caución. Eran las 14:00 horas.
El juez José Herminio Jasso recibió la fianza fijada en 50 mil pesos y decretó entonces la libertad del cantante, que en una camioneta abandonó el reclusorio como a eso de las 17:00 horas.
Todo hacía suponer que estaba con su abogado e iba rumbo a su hotel, pero no fue así.
Lo sacaron agentes investigadores que, en virtud de que es de nacionalidad estadounidense, lo entregaron al delegado federal del Instituto Nacional de Migración (INM) Ricardo Vera Lira. Este explicó: “Nosotros estamos realizando las acciones administrativas correspondientes a efecto de verificar su situación migratoria”.
Requirió los originales, pero en principio solo le entregaron copias y esto prolongó su estancia en las oficinas federales.
Gerardo Ortíz, que fue destinado a una estancia oficial, permaneció hasta cerca de las 21:45 horas con las autoridades migratorias, hasta que acreditaron su estancia legal en el país. No fue necesario deportarlo y en cambio se le dejó libre, casi 21 horas después de haber llegado a Jalisco. Tendrá que acudir a firmar, semana con semana, al juzgado, hasta que no se le dicte sentencia.
