*LO MATARON EN UNA NEGLIGENCIA MÉDICA, AL DOPARLO
*SUSPENDIDO EL DIRECTOR DE CHAPULTEPEC
AGENCIAS
Las gorilas hembras del Zoológico de Guadalajara tendrán que esperar un galán, ya que Bantú murió en el intento de “dormirlo” para trasladarlo desde el Zoo de Chapultepec a nuestra ciudad, víctima aparentemente de una sobredosis. El caso ya le costó ser suspendido en su cargo como director general de los Zoológicos y Vida Silvestre del Gobierno de la ciudad de México, el médico veterinario zootecnista, Juan Arturo Rivera.
Se dijo que su suspensión será mientras son entregados los hallazgos de la necropsia y quede demostrado que no hubo mal manejo de los protocolos establecidos para el traslado del animal.
Por lo pronto, se presume negligencia médica e inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) ya indagan sobre los hechos. Ellos ya recabaron información sobre el protocolo aplicado en el manejo y contención de “Bantú”, aseguraron el cadáver y se tomaron muestras para enviar a su análisis de patología a laboratorios del zoo de Chapultepec, de la UNAM y otro que PROFEPA determinará.
Los inspectores federales solicitaron a la dirección del zoológico el historial clínico, el protocolo de manejo y el reporte de necropsia del ejemplar de gorila de tierras bajas, además de entrevistar a cada uno de las personas involucradas en la preparación y aplicación del manejo del gorila que sería trasladado.
Todos los elementos recabados serán integrados y analizados en su conjunto, para determinar si la muerte fue causada por una negligencia médica o error humano en la aplicación del protocolo.
Un elemento relevante son los resultados de los análisis de sangre e histopatología, para este último la PROFEPA ha ordenado que las muestras sean procesadas en tres laboratorios de patología distintos: el del zoológico de Chapultepec, el de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNAM y el del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
Entre los hallazgos de la inspección, se encontró que al ejemplar le fueron aplicadas dos dosis de anestésico, una de 3.15 ml y otra de 1.5 ml, ambas dosis aplicadas por vía intramuscular y compuesta de tiletamina\zolacepam, ketamina y medetomidina.
Una vez sedado “Bantú”, se le realizó el examen físico general y la toma de muestras, durante aproximadamente 40 minutos, para posteriormente colocarlo en el cajón de transporte donde se le suministró el antagónico del sedante, consistente en una dosis de 3 ml. de atipamezol.
Desafortunadamente “Bantu” no logró su recuperación y se presentó el paro cardio-respiratorio, por lo que se aplicaron los procedimientos de emergencia, sin poder revertirse el cuadro y registrar su muerte a las 22:00 horas del mismo miércoles 6 de julio.
Como antecedente, en el año 2010 el zoológico de Chapultepec realizó contención química a “Bantú”, empleando tiletamina\zolacepam y ketamina, dos de los tres fármacos empleados en esta ocasión en que murió.
Ante este hecho lamentable, corresponde a la PROFEPA allegarse de manera objetiva de todos los elementos y realizar el análisis de los mismos, para determinar si el personal que llevó a cabo el manejo del gorila, realizó actos no apropiados o no se tuvo la diligencia requerida, para efectuarlo bajo condiciones que evitaran o disminuyeran la tensión, sufrimiento, traumatismo y dolor del ejemplar.
En aproximadamente un mes se contará con los resultados de los laboratorios de patología y se determinará si el zoológico actuó con negligencia.
“Bantú” el gorila occidental de tierras bajas, de 220 kilogramos, nació en el zoológico de Chapultepec en 1991, y antes de su traslado se había informado que gozaba de un perfecto estado de salud, por lo cual sería enviado al zoológico de Guadalajara buscando su acoplamiento con las dos hembras de gorila albergadas ahí, con el fin de lograr su reproducción.
El gorila occidental o de tierras bajas (Gorilla gorilla), es una especie catalogada en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) como en Peligro Crítico, toda vez que ha sido blanco de cazadores furtivos, además en la CITES se ubica en el Apéndice I, por lo que su comercio no está permitido y su traslado solo puede realizarse con fines de investigación científica o de educación ambiental.