JORGE ALBERTO PÉREZ GÓMEZ
La pregorexia es un trastorno alimenticio que afecta a las mujeres embarazadas, debido al temor por aumentar de peso y para lograr su cometido, realizan prácticas “saludables” que al realizarlas en exceso, resultan ser dañinas, mas aun en condiciones de embarazo, tal es el caso, de Dietas extremas y ejercicio en exceso.
Durante el embarazo, se deben extremar precauciones y cuidados en cada una de las diferentes etapas del embarazo, de los cuales se deben incluir aspectos físicos y mentales que garanticen una armonía en el binomio (Madre-Bebé) y particularmente la alimentación debe resultar en todo momento un aspecto garante para que se lleven a cabo funciones metabólicas adecuadas para que finalmente puedan manifestar un adecuado crecimiento y desarrollo del bebé y por otro lado, evitar el advenimiento de patologías como Diabetes gestacional e hipertensión por citar algunas.
Antes de buscar la concepción y por ende llevar a cabo un control prenatal, es importante llevar a cabo una valoración muy general pero exhaustiva con la finalidad de disminuir los riesgos que puedan llevar a un desenlace de muerte materna y/o materno-fetal, por lo tanto, incluir una valoración psicológica, no caería nada mal, por el contrario, vendría a reforzar tantas condiciones ocultas que pudiera tener una mujer que pretende embarazarse o está embarazada, más aún tratándose de una enfermedad como la PREGOREXIA.
En ésta enfermedad, es decir, las mujeres con pregorexia difícilmente reconocen sus propios síntomas, por lo regular es la familia la que se da cuenta de sus comportamientos extremos.
En los tres primeros meses del embarazo, estos síntomas pueden llegar a enmascararse con los propios de la gestación, que son nauseas y vómitos. Algunas mujeres presentan problemas con según qué tipo de alimentos y hasta pierden el apetito.
Lo normal, es que estas pacientes no reconozcan su problema y que, además, rechacen el tratamiento, etc. Es muy raro que admitan espontáneamente que tienen un problema de conducta alimentaria.
Sobre todo, recuerda, hay que estar atentos en el caso de mujeres que hayan padecido trastornos de la conducta alimentaria, como anorexia y bulimia. “Ante cualquier cambio en la relación con la comida, la pareja o los familiares deberían ponerse en contacto con el ginecólogo o el médico de cabecera.
Como todas las enfermedades graves, pueden existir signos de alarma que nos permitan identificar oportunamente su aparición y/o su detección y tratamiento oportuno.
HAY QUE BUSCAR LOS SIGUIENTES SIGNOS DE ALARMA:
Ejercicio excesivo y compulsivo
Se inducen el vómito (la mayoría)
Presentan marcas en los nudillos de los dedos con los que se provocan el vómito
Rechazo de su apariencia física
Rechazo o desinterés por su embarazo
Disminución en el consumo de alimentos
Conteo de las calorías que ingieren
Usan fajas para disimular el crecimiento abdominal
Mantienen un peso bajo durante todo el embarazo
Obsesionadas por el aumento de peso
En éste ultimo signo de alerta, es muy importante aclarar que durante el embarazo, la mujer tiene que tener un incremento racional de peso, aun cuando existan problemas de obesidad previa a su embarazo, siendo consecuentemente muy importante la valoración de su estado nutricio para evaluar las condiciones físicas y la ingesta de todos los nutrientes para garantizar un adecuado incremento de peso y un adecuado estado nutricio de la mujer embarazada y del bebé, ya que un problema de desnutrición durante el embarazo (desnutrición intrauterina), en muchas ocasiones, no siempre se acompaña de peso bajo para el bebé, pero si, de talla baja.
Así, una mujer con bajo peso es normal que gane entre 13 y 18 kilos. Sin embargo, una encinta obesa debería ganar como mucho entre 5 y 9 kilos. Para mujeres de peso normal, el estándar son de 11 a 16 kilos y para mujeres con embarazos gemelares o en estados de desnutrición, el incremento de peso es muy similar llegando a los 20 kilogramos.
En nuestro medio, se calcula que el 30% de las gestantes no aumenta de peso de forma correcta. Esto no significa que sufran pregorexia, quizás no han buscado una adecuada asesoría nutricional.
CONSECUENCIAS O COMPLICACIONES.
Lamentablemente, en la actualidad, este trastorno no está tipificado como tal en el Manual de Trastornos Mentales, ni siquiera un diagnóstico médico empleado por los especialistas. Sin embargo tiene consecuencias para la embarazada y, sobre todo, para el bebé ya que puede producir retraso mental, parálisis cerebral del bebé y hasta muerte intrauterina.
La madre puede desarrollar anemia, descalcificación ósea, baja producción de leche durante el post parto y caída de cabello, entre otros. Las consecuencias en el feto pueden ser muy graves.
Durante el primer trimestre si la paciente no toma suplementos vitamínicos, aumenta el riesgo de alteraciones del tubo neural como la espina bífida. También aumenta la tasa de aborto espontáneo.
Durante el segundo y el tercer trimestre aumenta el riesgo de parto prematuro, retraso de crecimiento intrauterino, retraso mental o parálisis cerebral, malformaciones óseas, digestivas o cardiovasculares. En casos muy graves se puede llegar a la muerte intrauterina.
Para el bebé: desnutrición, parálisis cerebral, disminución del líquido amniótico, retraso en el crecimiento dentro del vientre de la mamá, problemas digestivos, alteraciones respiratorias, trastornos cardiovasculares, defectos en el sistema nervioso central, disminución del líquido amniótico, defectos en el desarrollo de los huesos e incluso la muerte.
El tratamiento para la pregorexia debe ser integral y multidisciplinario para que la persona recupere la capacidad de alimentarse de una manera equilibrada, saludable y completa.
*El doctor Jorge Alberto Pérez Gómez es actualmente director del Diabetes Center. Más información en facebook: https://www.facebook.com/Diabetes-Center-1124047747620089/?fref=ts