HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
Surge un nuevo villano social: Se trata del actual presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) Alberto Galarza Villaseñor (El Rojo), quien en su calidad de coordinador del Observatorio Ciudadano de Movilidad y Transporte Público del Estado de Jalisco (Observatorio) inició la semana pasada una fuerte campaña para impulsar la creación de un nuevo impuesto o tenencia verde. Esto en sustitución del recién desaparecido impuesto a la tenencia para vehículos automotores; ese impuesto que nuestros políticos siguen añorando tanto que han buscado (y encontrado) nuevas formas encubiertas de substituirlo, como las foto – infracciones, las campañas de la Secretaría De Movilidad (SEMOV) para infraccionar masivamente a automovilistas y trasportistas que incumplen con la Ley y el Reglamento de Movilidad, los cobros del nuevo registro de taxis, entre muchas otras formas recaudatorias. Hoy parece que la propuesta de creación del impuesto verde esta en esa sintonía.
La propuesta de Alberto Galarza puede tener sustento y de hecho lo tiene, pero de inmediato ha levantado la protesta social y además fuertes sospechas de que el dirigente estudiantil – de actuación social intermitente – ha sido lanzado por delante por la mano oscura que mece la cuna en el tema de movilidad ciudadana; sospecha que se acrecienta por que la fuerte campaña iniciada por “El Rojo” se hace en el marco de las alarmantes noticias de la asfixia de la Ciudad de México, porque ya fue apoyada por la SEMADET, porque la mayoría de las recomendaciones del Observatorio hasta hoy no se han cumplido sin que sus miembros asuman una postura crítica y porque ningún otro de los 14 integrantes del Observatorio se ha pronunciado hasta el momento sobre el tema del nuevo impuesto.
Ejemplos de que el impuesto verde no es la solución hay muchos. Por citar algunos ahí están los altos impuestos a las gasolinas que pagamos, las últimas grandes recaudaciones por multas y derechos de la SEMOV, sin que noten avances en materia de movilidad y lo más claro: la grave contaminación en la Ciudad de México que no se ha resuelto – ni se resolverá – con la aparición de nuevos impuestos. Por esas y otras razones, los ciudadanos no queremos más impuestos, pues sabemos que con ello nada va a cambiar. Lo que realmente queremos es que nuestros actuales impuestos se utilicen de veras en mejorar nuestra calidad de vida y no para engordar los bolsillos de nuevos ricos que brotan cada sexenales o trienio.
De concretarse este nuevo impuesto que ya enfrenta abierto rechazo social l, traería un alto costo político para quienes lo proponen y para quienes lo lleguen a aprobar. En este caso lo pagarían electoralmente PRI y Partido MC por ser mayoría en el Congreso del Estado.
Alberto Galarza (por ser su principal promotor), también pagaría un alto precio si decide hacer carrera partidista (se le liga a Enrique Alfaro), pero si decide hacer carrera universitaria (lo mas probable) no le afectaría en lo más mínimo, pues el cobijo del poderoso grupo U de G es muy efectivo para restaurar heridas sociales.
Lo curioso es que antes de que encabezara la propuesta del impuesto verde, no era mal visto por la sociedad Jalisciense y esa imagen le cambió drásticamente en apenas una semana.
