PULSO CRÍTICO
HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
Aterrados están en últimas fechas Los burócratas de Jalisco, porque no saben si las declaraciones de Secretario de Educación Francisco Ayón el sentido de que seguirá “perdiendo peso”, son en alusión a la estrategia estatal contra el sobrepeso, obesidad y diabetes impulsado por el Gobernador del Estado o si sus declaraciones son (inconscientemente) de que “se seguirán perdiendo pesos” de los fondos del Instituto de Pensiones del Estado (IPEJAL), en el que cotizan más alrededor de 117 mil burócratas. Esto último pudiera ser en respuesta a las denuncias públicas hechas en estos días por los dirigentes de la Federación General de Trabajadores del Estado y sus Municipios (FGTEM).
No es un problema menor lo denunciado por la FGTEM, ya que nuestra clase política de lo último que puede presumir es de ser buena para administrar y cuidar los dineros públicos. Ejemplos hay tantos (además impunes), que no cabrían en esta colaboración. Lo triste es que al final, a la sociedad nos aplican el juego de la perinola, donde siempre cae el lado “todos ponen” mientras a los responsables rara vez se les sanciona.
El problema del riesgo que hoy enfrentan los fondos del IPEJAL tiene su origen en el “manirroto” exgobernador Emilio González Márquez, quien aconsejado en su sexenio por el empresario Oscar García Manzano maniobró para que el Congreso del Estado reformara la Ley del IPEJAL y permitir que con simples acuerdos del Consejo de Administración se pueda invertir el dinero del IPEJAL incluso en inversiones de riesgo. Parece que la tentación de ver tanto dinero junto los tentó
Son varios los focos rojos prendidos en el IPEJAL, para presumir un futuro quebranto a las finanzas de ese Instituto y basta con voltear a ver la fallida Villa Panamericana construida con fondos del IPEJAL, asentada en una zona de recarga de mantos acuíferos que no permite su habitabilidad y por ende no puede venderse para vivienda como se pretendía. En ese caso, hoy parecen tirados a la basura 340 millones de pesos aportados por el IPEJAL.
Otros casos preocupantes son las inversiones en el proyecto turístico Chalacatepec (asentado en el Ejido José María Morelos, Tomatlán) donde se pretenden construir 4800 cuartos o habitaciones sin que a la fecha se haya mostrado algún estudio de impacto ambiental ni de sustentabilidad, además de inconformidades de los ejidatarios de la región. Los detractores acusan también que a los ejidatarios se les pagó a 7 pesos el metro cuadrado y en el IPEJAL se documentó que se pagó a 14 dólares.
Hay más casos, como el de la compra con 290 millones de pesos del IPEJAL de terrenos al Ejido Santa Cruz de la Soledad Chapala para entregarlos a empresarios fraccionadores. La compra de deuda a la empresa ABENGOA, concesionaria del acueducto para llevar agua de la presa El Zapotillo a León, Guanajuato.
Ante el crecimiento de las protestas y las acusaciones del líder de la FGTEM Cuauhtémoc Peña hacia el súper funcionario Francisco Ayón López, a quien acusa de ser uno de los principales responsables de este escándalo financiero; el Gobernador del Estado Aristóteles Sandoval ya instruyó a Francisco Ayón en su calidad de presidente del consejo de administración del IPEJAL, para que transparente las inversiones realizadas por dicho organismo. Habrá que estar atentos a que se cumpla cabalmente dicha instrucción.
No hay que dejar de felicitar sinceramente a Francisco Ayón por su tenacidad y esfuerzo que lo han llevado a bajar más de 100 kilos de peso. Pero también hacemos votos por que bajo su administración al IPEJAL le pase exactamente lo contrario, es decir, que los fondos de los trabajadores ganen muchos pesos; pues la sociedad ya no está para aguantar un desfalco más acompañado de una simple excusa pública o un intrascendente “mea culpa”.
