LA OPINIÓN DEL DIRECTOR
Lamentablemente siguen las señales importantes de la des humanización de algunos individuos en todo el mundo, cada vez son más los actos violentos y crueles en contra de líderes sociales que con su esfuerzo y dedicación intentan mejorar las condiciones de vida del resto de los habitantes de este planeta.
En la lista de personas sacrificadas están activistas sociales, funcionarios de gobierno, dirigentes sindicales, miembros de los órganos de procuración e impartición de justicia, elementos de corporaciones policiales, profesionistas, religiosos y representantes de los derechos humanos de todas los naciones.
La incongruencia es más contundente cuando por una parte la humanidad se regocija de los múltiples progresos en todas las ramas de la ciencia, (lo que nos proporciona una mejor calidad de vida y una mayor comodidad), pero por otro lado, existe la violencia extrema contra todas aquellas personas que luchan por el desarrollo de los pueblos y por la correcta aplicación de las leyes o de las normas sociales.
Cada vez que le arrebatan la vida a un líder integro, matan la voz y la esperanza de muchos habitantes de sus comunidades, no obstante, a otros nos inspira en la búsqueda de ser mejor personas, así como a contribuir a combatir de alguna forma la enorme frialdad con la que ahora nos conducimos los individuos.
Son tantos los héroes sociales que arriesgaron su vida por sus convicciones o sus ideales, que mencionarlos a todos en este breve espacio serían realmente imposible, pero por ahora abordaremos el caso de la activista pakistaní Malala Yousafzai , quien fue brutalmente baleada cuando se trasladaba en el autobús de la escuela a su casa ubicada en la ciudad de Mingora.
La razón para que los talibanes quisieron matar a esta joven de 16 años, fue la férrea defensa que hacía del derecho a la educación de las niñas en su país, el atentado definitivamente cambio su vida, pero nunca la determinación para luchar con más ahínco para que sus compatriotas puedan tener acceso a una educación gratuita y obligatoria.
Vale la pena resaltar que en ese tiempo en el sistema educativo de Pakistán, no incluía a 3.3 millones de niñas menores de 9 años.
La estudiante condecorada con el Premio Nobel de La Paz 2014, menciono que en su país en el año 2012, “la vida seguía su curso normal para la gente normal, pero para quienes expresaban su opinión era un momento peligroso”
Otro caso más reciente se dio a conocer el pasado fin de semana por las autoridades hondureñas, cuando difundieron el arresto de cuatro individuos que presumiblemente participaron en el homicidio de la líder del movimiento indígena y ambientalista de ese país, Berta Cáceres, tres de ellos fueron identificados como trabajadores de la empresa Desarrollos Energéticos (DESA), Quien es la responsable de construir una represa hidroeléctrica en el pueblo natal de la activista social.
De acuerdo a la versión del ministerio público de esa nación centroamericana, el asesinato se cometió porque Berta se oponía a la realización de la obra, ya que esta, se pretendía construir en el rio Gualcarque, al que las comunidades indígenas lencas consideran como sagrado.
Cáceres, había sido distinguida con el premio Goldman Environmental Prize, pero a los homicidas no les conmovió, e irrumpieron en su propio hogar para ejecutarla violentamente el pasado tres de marzo.
Berta ya había sido amenazada de muerte por el personal de seguridad de la misma empresa, por lo que de comprobarse lo señalado por las autoridades responsables de la investigación, se podría acreditar que fue un homicidio con toda la premeditación, alevosía y ventaja de los criminales.
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