PULSO CRÍTICO
HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
En últimas fechas ha aparecido en la zona metropolitana de Guadalajara una banda delictiva muy bien organizada que ha cobrado un sinnúmero de víctimas, imponiendo una nueva moda criminal de fraudes o extorsiones, según sea el caso.
Son un grupo de aparentes jardineros que llegan a los hogares a ofrecer sus servicios por un precio muy bajo y tentador, lo que hace que las victimas caigan contratándolos verbalmente para hacer labores de jardinería. Una vez que terminan su trabajo – por cierto, notoriamente mal hecho, lo que denota el dolo -, la víctima les intenta pagar lo pactado, pero se lleva la sorpresa que los jardineros le cobran miles de pesos más, bajo el argumento de que la víctima escuchó o entendió mal.
Luego viene una discusión entre la víctima (que no quiere pagar algo injusto y desproporcionado) y los “jardineros” que alegan haber hecho un trabajo y que este debe pagarse. Como la víctima no acepta pagar la suma exagerada que le exigen, entonces los “jardineros” machete en mano rodean a la víctima y con una actitud corporal bastante amenazante le exigen el pago, que finalmente consiguen.
Si la víctima no puede en ese momento pagar todo lo que le exigen, quedan de volver al día siguiente y lo cumplen cabalmente. Al día posterior, los “jardineros” regresan en una camioneta, pero ahora son más y acuden aparentemente drogados (con un fuerte olor a marihuana), machetes en mano bajan de la camioneta y abordan de nuevo a la víctima, quien ante el temor de sufrir algún daño en su persona, cosas o familia, opta por conseguir el dinero y pagar un precio altísimo y desproporcionado por un “servicio” además mal hecho.
Historias como la anterior ya hay muchas en nuestra metrópoli, una de ellas la vivió en carne propia un vecino de la colonia insurgentes de Guadalajara, de nombre Cruz Enrique López, quien narró para MINERVA MULTIMEDIOS su amarga experiencia y abundó: “Al principio me dijeron que me iban a cobrar 800 pesos y al final me salieron con que escuché mal, que me habían dicho que eran 8,800 pesos”. “Si vieras sus caras y como te acorralan con sus machetes en mano, no te queda otra que pagar para que no te vayan a dar un machetazo, por eso preferí conseguir el dinero y quitármelos de encima”. Finalmente, Cruz tuvo que pagar la exagerada suma de 8,800 pesos. De haber sabido que le iban a cobrar eso, nunca los hubiera contratado
Como el caso de Cruz, se han detectado cientos más a través de testimonios y denuncias en redes sociales que ponen al descubierto a una banda que pudiera estar conformada por decenas o centenas de delincuentes que operan impunemente en la zona metropolitana de Guadalajara y que han cobrado centenares o más de víctimas. Víctimas que no se atreven a denunciar por temor a represalia de los macheteros, ya que saben dónde viven.
Sí Usted amable lector ha sido víctima, lo invitamos a denunciar ante la Fiscalía General del Estado, ya que es la única forma de detener a estos rufianes notoriamente organizados para delinquir de una forma que ya tienen muy estudiada y que les ha dado mucho dinero.
Si por fortuna no ha sido víctima, no contrate trabajos con desconocidos o negocios no establecidos legalmente.