HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
En el mismo Congreso del Estado reconocen como un error la fallida intentona del pasado 3 de marzo para elegir de una lista con 46 candidatos a quien deberá suplir al magistrado Miguel Ángel Estrada Nava. Obligado este al retiro forzoso (o de Ley) por cumplir los 70 años de edad el pasado 6 de marzo. A partir de esa fecha la Cuarta Sala especializada en Materia Civil del STJ se quedó con solo dos de sus tres integrantes que debe tener, lo que pondría en riesgo la legalidad de sus resoluciones en detrimento de la sociedad justiciable; riesgo que momentáneamente fue subsanado por el Consejo de la Judicatura al designar en el cargo de manera temporal al secretario de acuerdos de la cuarta sala.
Luego de que la cama estuviera tendida para que llegara a la magistratura el exdiputado y ex dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) Gustavo Macías Zambrano, la elección de este fracasó por falta de acuerdos entre las fracciones parlamentarias. En esa misma asamblea se propuso como emergente al juez Bogar Salazar Loza (cuñado de Gustavo Macías), pero este tampoco logró el respaldo de la mayoría de los diputados del Congreso del Estado. En este primer proceso de elección de magistrado, se ha sabido que, con base en los acuerdos cupulares partidistas, esta posición le corresponde al PAN, pero solo ellos saben porque le corresponde al PAN una posición que por simple lógica debería de corresponder a quien tenga una carrera judicial ejemplar. Sin embargo, se trató de designar a un personaje político sin carrera judicial y además cuestionado por haber sido destituido del cargo de Diputado local al desacatar una orden judicial.
Ante la fallida primer elección, se lanzó una segunda convocatoria donde el pleno del Congreso del Estado deberá de elegir al nuevo magistrado antes del 14 de abril. En esta segunda convocatoria se inscribieron 59 aspirantes y el listado fue enviado por el Consejo de la Judicatura al Congreso.
Ahora – como en el anterior y fallido proceso – los dados parecen estar cargados a favor de otro político del PAN. Se trata de Fernando Antonio Guzmán Pérez Peláez, con amplia trayectoria política y nula carrera judicial. Ha sido Secretario General de Gobierno en dos ocasiones, diputado en dos ocasiones y fallido candidato del PAN a Gobernador del Estado y a Notario Público. Nunca ha ganado una elección abierta y los cargos que ha tenido siempre han sido por designación.
Aunque el presidente de la Comisión de Justicia del Congreso del Estado, Saúl Galindo asegura que Fernando Guzmán será un candidato más y tendrá el mismo trato que los demás aspirantes, la realidad ha sido contraria a esas declaraciones ya que durante su comparecencia fue tratado benévolamente por los diputados y se le dio una amplia cobertura en los medios de comunicación. Los demás aspirantes señalan que todo está pactado para queFernando Guzmán resulte electo como magistrado como producto de acuerdos cupulares de espaldas a la sociedad.
Hay quienes también cuestionan la posible llegada de FernandoGuzmán por su predominante protagonismo político, donde en ocasiones ha fijado posturas contrarias a las legales (caso posadas Ocampo) y otras de corte conservadoras como las del matrimonio de personas del mismo sexo, por lo que su eventual llegada politizaría aún más al Poder Judicial.
De resultar electo Fernando Guzmán (como todo parece indicar), se estaría confirmando la versión de una elección simulada para encubrir otro reparto de cuotas de poder por encima de lo que realmente necesita el Poder Judicial y la sociedad ya que se están desaprovechando candidatos con verdadera carrera judicial y probando eficacia. Además, se seguirá relegando en el Poder Judicial al género femenino, donde este ocupa solo el 12 % de las magistraturas y se confirmaría que los diputados del Partido Movimiento Ciudadano (PMC) forman parte de ese reparto faccioso de cuotas, lo que los pone en el mismo lugar de lo que tanto criticaron de los otros partidos políticos de la entidad y pone en entredicho la esperanza que muchos ciudadanos depositaron en ese partido como una esperanza de cambio verdadero.
