AGENCIAS/BÉLGICA
Londres, España, París y ahora Bélgica fue el blanco de un ataque terrorista, que con la detonación de al menos tres bombas en el aeropuerto y en el tren, sufrió la perdida de 34 de sus ciudadanos y hay otros 230 con lesiones.
Pero sobre todo volvió el terror. La torre Eifel y la Puerta de Branderburgo en Alemania, así como el World Trade Center en Nueva York, se iluminaron con los colores de ese país, en solidaridad.
Dos de los terroristas murieron en la explosión, pero un tercero se negó aparentemente a convertirse en una bomba humana y huyó, pero se ha convertido en el más buscado.
Todo empezó con dos explosiones en el aeropuerto de Bruselas, Bélgica, a las 9 de la mañana.
Un taxista dice haber recogido a los sospechosos, los llevó al aeropuerto y cuando intentó ayudarlos con las maletas, se negaron. Llevó de regreso a la policía al departamento de donde los recogió y los oficiales encontraron una bandera del Estado Islámico y explosivos.
Apenas se recuperaba Bélgica de tal incidente, cuando otra explosión se dio en el metro de Bruselas, que está herido, dolido, como todo Europa, que vuelve a vivir el terror.
Esta última explosión sucedió en la estación de Malbeek.
En varios barrios, la policía Bélgica cateó varios domicilios y encontró explosivos y un detonador, así como otros objetos del Estado Islámico.
Los dos que se explotaron vestían de color negro y llevaban un guante en su mano izquierda, donde también ocultaban un detonador.
Trascendió que un mensaje encontrado revela que hay amenazas para otros países de Europa.