AGENCIAS
El papa Francisco defendió la figura de la familia en su estancia en Chiapas, como era de esperarse habló de los desposeídos y los indígenas, el perdón que como sociedad les adeudamos.
Fue un encuentro fraternal incluso con la tumba del obispo Samuel Ruíz, hombre señalado por estar detrás del movimiento Zapatista, pero al que el Papa reivindicó.
Voló desde la ciudad de México, fue recibido por el gobernador Manuel Velasco y su esposa Anahí.
En San Cristóbal de la Barranca pidió disculpas a los indígenas, destacó su reconocimiento a los pueblos indígenas de América como ejemplo ante la crisis ambiental que se vive, y les pidió perdón por la exclusión a sus costumbres.
“Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia… La cultura del descarte los necesita ahora a todos ustedes”, indicó el pontífice frente a miles, donde la mayoría era indígena.
Criticó que “de modo sistemático y estructurado” los pueblos indígenas han sido “excluidos de la sociedad” o considerados inferiores por sus diferencias culturales, y pidió perdón a estos grupos.
Al término de la misa, celebrada en el Centro Deportivo Municipal de San Cristóbal de las Casas, que contó con cantos y lecturas litúrgicas en las lenguas indígenas tzeltal, tzotzil y chol, representantes de las comunidades locales entregaron a Francisco biblias traducidas a sus lenguas.
A su llegada a la capital del estado Chiapaneco recibió luego el bastón de mando de una familia Zoque.
En Tuxtla Gutiérrez, en la misa que encabezó en el estadio de futbol, dijo que las parejas deben de discutir, pero irse a dormir con reconciliación, de no ser así, destacó, al día siguiente seguirá la guerra fría y esta se prolongará, provocando un menoscabo en los cimientos de la pareja.
Abrazó luego a una pareja de divorciados y a una mamá soltera.
“La precariedad no sólo amenaza el estómago, y eso ya es decir mucho, sino que puede amenazar el alma, nos puede desmotivar, sacar fuerza y atentar con caminos o alternativas de aparente solución pero que al final no solucionan nada”, dijo el pontífice en su mensaje.