¿Y EL GOBERNADOR?
AGENCIAS/NUEVO LEÓN
Un cruento enfrentamiento por el poder del penal de Topo Chico, abandonado a su suerte por el propio gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” desde que no ratificó el convenio con la federación para vigilar el sitio, dejó como saldo 49 personas muertas y 12 lesionadas.
El caso puso en evidencia ingobernabilidad, el titular del Ejecutivo, todo un diestro en redes sociales, guardó silencio. Hay quienes dudan de que estaba en Monterrey y es que los últimos meses se la ha pasado dando conferencia en todos los rincones del país y Centroamérica.
Mostró titubeos, lentitud, su primer mensaje lo dio nueve horas después, dijo primero que eran 52 muertos y luego rectificó que eran 49, pero además mencionó que todo había sido controlado a la 1:30 de la mañana, cuando se prolongó toda la madrugada.
Cuando dio a conocer la cifra de los 52 fue en una rueda de prensa donde incluso se enfrascó en una discusión con una reportera. Horas más tarde sus colaboradores aclararon que eran 49.
El luego rectificaría en entrevista radiofónica que: “Tenemos un número impreciso todavía, dijimos 52 porque nos habían comentado que había tres debajo de escombros que no hemos localizado”, señaló el mandatario estatal en entrevista con Denise Maerker en Radio Fórmula.
Todo empezó a las 23:30 horas del miércoles, en las áreas C2 y C3 del centro penitenciario. En un reclusorio de varones, comentó: “No hay mujeres ni niños entre los fallecidos, solo reos, explicó el gobernador. Cinco de las personas heridas están en condición grave”.
El enfrentamiento se dio entre los grupos de los presos Jorge Iván Hernández Cantú, el Credo, y Juan Pedro Saldivar Farías, el Z-27, del grupo de los Zetas.
Un video aficionado revela cuando sacan a varios de los reos, de un dormitorio a los campos, donde los golpean hasta matarlos. Se asegura que a varios los desmembraron, a cinco les prendieron fuego hasta calcinarlos.
