HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
WOODY ALLEN, ¡QUIÉN MÁS!
Este 1 de diciembre de 2015, cumple nada más y nada menos que 80 años uno de los mejores y más grandes cineastas de la historia: Allan Stewart Königsberg, mejor conocido como Woody Allen.
Para quienes nos ha tocado vivir esta bella y excitante época en la que el llamado séptimo arte (cine), ha sido tocado y revolucionado por la tecnología hasta volverse cada día más excitante, realista y espectacular, es motivo de satisfacción saber que en esa transformación del cine hemos contado entre nosotros a este genial director, actor, guionista, músico y escritor cinematográfico de origen judío, nacido en Nueva York, Estados Unidos.
Su producción cinematográfica es de las más prolíficas de la historia, superando las 40 películas, de las cuales ha conquistado 4 premios óscar y casi todas han sido premiadas en los diversos festivales mundiales de cine. Su última película es ‘Hombre irracional’ y fue estrenada apenas hace unos meses.
Hablar de Woody Allen, no es fácil – ni difícil – a la vez. Es tan basta y tan compleja su obra, que se dificulta enormemente interpretarlo, sin embargo sería injusto negarle unas líneas a quien nos ha dado con su arte, tantos momentos inolvidables de amor, pasión, ironía, frustración, sentimientos encontrados, etc; entre tantas y tantas otras emociones de esas que si vale la pena vivir en carne ajena.
Ahora que tenemos en nuestra ciudad la Feria Internacional del Libro (FIL), para los cinéfilos, vale la pena buscar y adquirir el libro del español Natalio Grueso, titulado ‘Woody Allen, El último genio’.
Dice en su libro Natalio Grueso “Recuerdo que la primera película de Allen que vi fue Manhattan (estrenada en 1979). Yo era un adolescente y me enamoré de la ciudad, de la persona, y me di cuenta de que en la vida a uno le dan unas cartas y si las juega bien, puede ganar. El personaje de Allen es un tipo pequeño, torpe, de gafas, y a pesar de todo eso, consigue un triunfo personal”. En su misma obra, Grueso refiere “Incluso, la peor película de Woody Allen es de lo mejor que se puede ver en la cartelera de una ciudad. Siempre hay una frase inteligente, y en casos extremos, una obra maestra”. El escritor hace una reflexión de Woody Allen sobre la motivación de su filmografía: “El cine me ha brindado un modo de evasión en la vida, pero al otro lado de la cámara, en lugar de hacerlo del lado del espectador. Resulta irónico que haga películas con fines de evasión, pero no es el público quien se evade, sino yo”.
Grueso dice que el Woody Allen de la vida real está muy lejos de la personalidad conflictiva que nos refleja en su obra cinematográfica y sostiene “Es completamente diferente. Todos tenemos esa idea de un personaje caótico, pero no tiene nada que ver. Es una persona que controla absolutamente todo lo que hace en la vida”.
El autor de esta biografía, conoció a Woody Allen en Nueva York, en los años 90, cuando ambos vivían allí y se hicieron amigos. Para Grueso, su película favorita de Allen es La Rosa Purpura Del Cairo, porque dice que a través de ella nos introduce en esa ficción de que los personajes de una cinta pueden atravesar la pantalla y vivir la vida real. “Es absolutamente magistral”, comenta el escritor.
Grueso cree firmemente que Allen estará filmando hasta el último día de su vida, porque lo ha platicado con El. Allen además ha escrito libros de humor como ‘Getting Even’ y ‘Without Feathers’; obras teatrales como ‘Don’t Drink The Water’, y hasta una tira cómica, publicada en 180 periódicos. Hace una película al año, lo que demuestra su gran capacidad de organización.
Otro de los muchos aspectos que disfrutar en las películas de Allen, son sus muy bien seleccionadas “Musas”. Desde Diane Keaton, Mia Farrow, Charlotte Rampling, Christina Ricci, Scarlett Johansson y Penélope Cruz; es un placer verlas actuar bajo la dirección del genio cineasta.
Nueva York, Londres y Paris, son ciudades para vivirlas – de diferente manera – a través de la obra y lente de Allen.
En lo personal me fascina la obra de Woody Allen, porque creo que en ella – más allá de Freud – se ve reflejada nuestra complejidad humana, poniéndonos frecuentemente en una gran disyuntiva ¿llorar o reir?