Violencia de Género
Luis G. González
Hoy en día podemos hablar que como hemos aprendido a adecuarnos a los cambios que la sociedad va adquiriendo como por ejemplo los avances tecnológicos, científicos, económicos, sociales etcétera.
Todos estos cambios son constantes de manera acelerada por lo que esto genera que nos adaptemos rápidamente a ellos. Esto ha traído para algunos beneficios, algunos podrán decir que no, cada quien habla según le vaya en esta lluvia constante de cambios. Ahora estamos entrando a la era de las tecnologías renovables o sustentables. Estos cambios cada día los vemos incluso en las comunidades más apartadas de nuestro estado, donde se observan casas con calentadores solares, y en los campos de cultivo utilizando sistemas de energía alterna.
Todo esto, es un gran progreso para las comunidades; pero seguimos dejando atrás algo sumamente importante, La equidad de género. Aún en algunas partes de nuestro estado e incluso en la misma metrópoli seguimos teniendo un alto índice de maltrato a las mujeres, y a los niños. Me ha tocado observar en municipios alteños como aún las mujeres caminan detrás del marido, como a los niños los sacan de las escuelas para que trabajen en las labores del campo. Y los que van a la escuela, una vez que regresan de sus clases son puestos a trabajar. La mujer no puede opinar al respecto de la educación, o como trabajar; para esos niños no hay tiempo libre para divertirse para crecer jugando y aprendiendo. A ellos se les enseña a trabajar desde pequeños (cosa que está bien, pero también deberían tener su tiempo para jugar, divertirse y convivir).
Cuántas familias no han padecido esto? Lo seguimos viendo a diario no importa la clase social o el nivel educativo. No existe respeto sobre la opinión, las decisiones, sus creencias, su forma de pensar de las mujeres. Y si somos un estado religioso, entonces donde están aquellos votos de respeto, amor y fidelidad.
Por más esfuerzos que el gobierno del estado haga para evitar la violencia de género, esto no se erradicará si los municipios no implementan medidas desde el origen, ellos son los que puede ayudar a evitar esto, revisando y protegiendo los derechos de los menores y de las mujeres en sus comunidades.
Es ahí donde se deben realizar programas de atención y difusión de este gran problema que aún nos está dañando.