AGENCIAS/CIUDAD DE MÉXICO
Su avanzada edad y las enfermedades crónico degenerativas que padece desde hace diez años podrían poner en la calle a Ernesto “Don Neto” Fonseca Carrillo, cuya familia, especialmente hijas, ha ganado una batalla legal de casi diez años para demostrar no solo su baja peligrosidad, sino además que ya es sujeto de someterse a una prisión domiciliaria.
Actualmente está en el penal de Puente Grande, Jalisco.
Quien fuera considerado “el Don” de las drogas, el más antiguo, al lado de Rafael Caro Quintero -que también salió por una falla jurídica- y Miguel Ángel Félix Gallardo, aún preso, actualmente tiene 85 años de edad.
La resolución del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito, que corresponde a Jalisco, va en el sentido de otorgarle la protección de la justicia federal a Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, para que cumpla el resto de su condena en prisión domiciliaria ante su avanzada edad.
Hace casi 30 años se dio su captura se dio por un hecho fortuito en Puerto Vallarta, cuando personal de su escolta se enfrentó a luchadores profesionales mexicanos, por un incidente en un bar, y la policía decidió ir tras ellos, llegando así hasta la finca donde estaba oculto Fonseca Carrillo.
En el lugar se dio un enfrentamiento, llegó personal del Ejército Mexicano y “Don Neto”, como se le conocía en el bajo mundo, fue detenido.
Ya para entonces era buscado por el homicidio de Enrique “Kiki” Camarena Salazar, agente de la DEA, y el piloto Alfredo Zavala Avelar; además por el crimen de los estadounidenses John Clay Walker y Albert. G. Radelat, touristas estadounidenses que se presentaron al restaurante la Langosta -situado entonces en Plaza del Sol- justo en el momento en que comían ahí los líderes del narcotrafico y que fueron ajusticiados pensando que se trataba también de agentes antidrogas de EU.
Además, por supuesto, por las acusaciones de narcotráfico, mismos procesos que en su momento enfrentaron Rafael Caro Quintero, detenido más tarde en Costa Rica, y Miguel Ángel Félix Gallardo.
Tres décadas después, las enfermedades le han vencido, su avanzada edad y esos padecimientos, que en su mayoría contrajo en su estancia en el penal del Altiplano en el Estado de México -bajas temperaturas en invierno y mucho calor el resto del año-, le han traído serios problemas y es lo que se ha alegado para obtener este amparo que podría llevarlo a pasar sus últimos días fuera de prisión…..en un domicilio que el Poder Ejecutivo, en su área de Readaptación Social, decida.