EL FENÓMENO SOCIAL DE LA CORRUPCIÓN
La corrupción es uno de las fenómeno más dañinos para el mundo, no obstante pareciera que es parte de la cultura de muchas sociedades porque a pesar que ha habido muchos líderes con el firme propósito de disminuirla o erradicarla, el avance hasta el momento es sumamente bajo, por el contrario pareciera que cada vez más personas lo practican.Durante años se creyó que este flagelo social era exclusivo de los países pobres, de poblaciones ignorantes o incluso de los gobiernos de ciertos países, pero lo indudable es que este fenómeno es inherente a las personas y dependiendo de los principios o valores de cada individuo es como se contiene o se desarrolla en cada uno.
Son múltiples las historias de corrupción en cada país, que se extiende desde las poblaciones pequeñas hasta las ciudades y las regiones, ningún grupo social se escapa, estan desde los funcionarios gubernamentales de todos los niveles de gobierno o de los distintos poderes, dirigentes y miembros de partidos políticos, empresarios, trabajadores, sindicatos, federaciones deportivas, congregaciones religiosas, corporaciones policiales y la sociedad civil en general.
La semana pasada se intensificaron las manifestaciones en el hermano país de Guatemala, exigiendo la renuncia del Presidente, Otto Pérez Molina, por supuestos actos de corrupción, pero anteriormente los gobiernos de México, Brasil, Argentina, Panamá, Perú y otros países más, padecieron sendas crisis sociales por señalamientos similares.
Lo mismo ha sucedido en España, Italia, Francia y en países árabes, africanos y asiáticos, las formas de efectuar la corrupción son tan perjudiciales como perdurables.
Un ejemplo de ello sucede en los juzgados mexicanos, donde se acostumbra a adaptar las circunstancias para aplicar o no la ley, de acuerdo a los intereses de cada quien y los que imparten la justicia no toman en cuenta el espíritu con el que se legislaron esas normas jurídicas.
Para ningún ciudadano es un secreto que los juzgadores abusan de que en nuestro país las leyes son interpretativas y con ese argumento determinan los procesos de acuerdo a los intereses que ellos tienen en cada uno.
Pero lo importante no es esperar a que otras personas se decidan a realizar algún cambio para contener los actos de corrupción que día a día se realizan, sino que debemos de ser nosotros los que nos esforcemos para combatir estos sucesos, además de evitar la tentación de practicarlos.
¿Qué tiene que suceder para que la mayoría de los individuos nos concienticemos y evitemos ser parte de este problema?
Denunciemos a los grupos que efectúan estas prácticas, basta de robos, fraudes, saqueos y despilfarros, estas acciones injustificadas, empobrecen a la población y atentan contra los sistemas de educación, de salud y de los empleos mejor remunerados, solo benefician a grupos sin escrúpulos que afectan enormemente a las familias que contribuyen a la productividad y el desarrollo de las naciones.
Finalmente, es justo reconocer que el gobierno mexicano está generando algunos avances en esta materia, con la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción y la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, las que aportaran mucho si se aplican correctamente.
Cordialmente
El Director General