EMBESTIDA AL TORITO
HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
Vaya “cornada” la que le pusieron al programa salvando vidas de la Secretaría de Movilidad (SEMOV), con la difusión en redes sociales y en diversos medios de comunicación del video en el que se exhibe al funcionario de esa dependencia Jaime Martínez Díaz, aceptando el pasado 16 de julio haberse tomado unos tequilas y luego evadiendo la prueba de alcoholimetría, ante la complacencia “por excepción”, de sus compañeras agentes viales popularmente conocidas como las toritas, en un módulo instalado en avenida Patria y Santa Rosalía de Zapopan.A pesar de que la SEMOV inició tardíamente un procedimiento administrativo que hasta el momento culminó con la separación de sus cargos de cinco funcionarios públicos involucrados en los hechos y la renuncia voluntaria de la agente vial que le dio “luz verde” al funcionario pillado; el daño a la imagen del programa está hecho.
Era el único programa de la SEMOV que presumíamos exento de la corrupción que corroe desde tiempos inmemorables a la SEMOV, situación por la que el programa gozaba de unánime aceptación y respeto, lo que ha quedado en entredicho.
Con este acontecimiento de corrupción, surgen las siguientes dudas en torno al programa:
La primera es ¿Qué hubiera pasado si no se difunde el video en las redes sociales y medios de comunicación? Lo más seguro es que nada, ya que al difundirse el video, había transcurrido casi un mes del hecho, sin ninguna intervención de la autoridad y obvio es, que muchos se enteraron de “la excepción” hecha al funcionario público.
Otra duda es ¿se trata o no, del primer caso de corrupción en el programa salvando vidas? No lo podemos saber con certeza, porque es un programa al que solo pueden acceder las autoridades. Pero tenga usted seguro amable lector, que tomando en consideración que la SEMOV es la dependencia más corrupta de Jalisco (según encuesta de percepción del INEGI en 2013) y nuestra cultura del influyentísimo; resulta lógico y fundado suponer que antes hayan acontecido otros casos en los que se detuvo a personas influyentes manejando alcoholizados y no se les aplicó la prueba; claro, sin que los ciudadanos podamos darnos cuenta. En este caso aplicaría la máxima del ladrón atrapado por primera vez: era la primera vez que lo descubrían, pero no la primera vez que robaba.
Como quiera que sea, a casi dos años de operación, es cierto que el programa sigue salvando vidas – algo muy bueno -, pero también es cierto que pudiera salvar muchas más. Por ello, ya es tiempo de que se someta a revisión y ajustes, pues que se han detectado muchas formas de evadirlo, lo que le resta efectividad y conlleva un gasto inadecuado de los recursos públicos.
Por lo pronto, el nuevo titular de la SEMOV, por cierto enfrascado en un urgente programa anticorrupción para la dependencia, debe ser enérgico y evitar que vaya a darse otro caso de corrupción, lo que sin duda le daría al traste al programa por que la ciudadanía ante los mensajes de impunidad de los funcionarios públicos, busca la justicia por su propia mano instrumentando sus propios mecanismos para generar impunidad, lo que en este caso, amable lector, pudiera costar vidas inocentes como la suya o la mía.
