PILAR PORTOCARRERO
Hasta hace algún tiempo pensaba que las personas se dividían en dos grupos: los que aman mucho y los que apenas aman, pero hoy pienso que siempre estuve en un error debido a la falsa creencia sobre la manera de demostrar el amor.No ama más aquel que te llama todo el día, que te envía mensajes o se aparece dónde estás diciendo que te extraña y que desea “compartir todo” contigo. Puede que al principio te sientas afortunada de tener a alguien que día y noche esté pendiente de ti, pero, ¡cuidado!, los apegos son malos; crean dependencia emocional y sin darte cuenta irás perdiendo tu identidad, y construyendo una relación creyendo que parte de la confianza es compartir tu clave del Facebook, o de tus correos personales para que la otra parte no crea que ocultas algo.
Empezará la intranquilidad porque vivirás tratando de demostrar cada cosa que hagas, enviando fotos por WhatsApp para que te crean que estás en el lugar que dices. Pero aún te ciegas y defiendes tu relación porque piensas que la vida se acabará si él o ella no está a tu lado.
Es fácil acostumbrarse a estar bajo el ala de otra persona que “te cuida y te mima”, si a cambio le entregas tu respiración sin darte cuenta. Si le das cada uno de tus pensamientos para que los moldee a su manera, si le entregas tus sueños para que los evalúe y los corrija a su conveniencia. Tu ceguera seguirá, y no hasta que alguien te lo advierta, porque es fácil pensar que todo el mundo “envidia tu relación”, sino hasta que le niegues algo que consideras fundamental para ti, y la otra persona mostrará su verdadera cara.
Se acabarán los mimos y las palabras cariñosas por amenazas y malos tratos, y pensarás que todo el tiempo amaste a un extraño o a alguien que tú creaste en tu mente vistiéndolo con tus fantasías. Y no sabrás que hacer porque hasta tus horas le pertenecían, y te encontrarás a la deriva buscando a la persona que fuiste algún día.
Aprendí que las apariencias engañan. Puede que alguien no te llame todo el día, que no sea detallista y amoroso frente a los demás, pero que sepa darte el lugar más importante en su vida, donde tú importas y donde tus sueños también forman parte de él y de su vida. Ese lugar donde el amor es simplemente amor, y no porque él te diga que te ama, sino porque lo sientes y lo disfrutas a su lado en completa libertad.
“Soñar es solo el principio”
*Pilar es originaria del Perú, escritora, participante en varias ferias del libro a nivel internacional y puedes leer más de ella en http://cuentosdeamordepilar.blogspot.com/