LA TORTURA: ¿AHORA SÍ, TRAS LAS REJAS?
HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
Como se publicó a media semana en MinervaMultimedios.Com, fiel a su estilo de dar importantes golpes de timón, el nuevo titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) Eduardo Almaguer anunció la suspensión de un agente del Ministerio Público y tres policías investigadores por actos de tortura cometidas contra un hombre para que se auto incriminara por un homicidio. Lo anterior derivado de la última recomendación (23/2015) por TORTURA COMPROBADA (si, con mayúsculas), hecha por el Ombusman Jalisciense Felipe de Jesús Álvarez Cibrián. Recomendación a la que le precedió una reunión en la sede de la CEDHJ el pasado 21 de julio, entre el Fiscal General y el Ombusman estatal; en la que entre otras cosas acordaron intensificar la capacitación para la FGE y atender esta dependencia – tan socorrida en quejas – las recomendaciones emitidas por la CEDHJ.La recomendación en sí – por tortura -, no sería noticia importante ya que la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) desde los inicios de su existencia (1993), no se ha cansado de emitir recomendaciones por tortura y hasta antes de Eduardo Almaguer, la respuesta de las autoridades había sido la de minimizar o negar la existencia de esta práctica. Postura oficial que se había convertido en uno de los factores más importantes para la prevalencia de la tortura como método de investigación criminal. Es además Almaguer, el primer responsable del cargo que ostenta en reconocer públicamente que el empleo de la tortura en la investigación criminal lo único que genera es impunidad; declaración que en su justa dimensión manda el mensaje de que ahora sí, se ha cobrado conciencia de que la tortura es injustificada, innecesaria y hasta perjudicial.
Sobre el tema, cabe también destacar que desde la aparición de la CEDHJ, hasta la fecha, todos los titulares de la anterior Procuraduría General de Justicia y hoy FGE excepto Jorge López Vergara (primer procurador Panista) y Eduardo Almaguer; se caracterizaron por usar un doble lenguaje, consistente, por un lado en declarar ante la opinión pública su rechazo a la tortura y por el otro encubrirlo y/o alentarlo. El caso es que ni con la tortura ofrecieron resultados satisfactorios en sus gestiones.
Hoy El Fiscal General, ha dado un paso importante al ordenar la separación de los funcionarios e instaurar la primera averiguación previa por tortura, convirtiéndose ese hecho en un factor real para de aquí en adelante inhibir la tortura dentro de la FGE. No menos importante será seguir el proceso de este y los ulteriores casos ante los Juzgados Penales, porque seguramente se toparán con los dos más grandes problemas que enfrenta nuestra sociedad: corrupción e impunidad; temas que por cierto representan los dos retos más importantes del Fiscal General.
Por lo pronto ya se rompió la tendencia de no investigar judicialmente la tortura, ahora solo falta que salgan las primeras sentencias condenatorias, para ver si de verdad va en serio el combate a la tortura o se trata solo de una intentona más, para con este delito, que ostenta hasta la fecha nada menos que el 100% de impunidad.