El PAN… SIN LEVADURA
HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO
El desairado el debate de los candidatos del Partido Acción Nacional (PAN) Ricardo Anaya y Javier Corral celebrado el pasado 30 de julio, es un indicador del desencanto de la sociedad por los partidos políticos. A pesar de ser el PAN el único partido que por segunda vez está eligiendo dirigentes de manera democrática, ni esto ha sido atractivo para la población, que hasta el día de hoy ha registrado menos de 34 mil visitantes en You tube para ver el debate, contra más de 2 millones de visitantes en la misma red social para ver lo relacionado con el mitotazo del “piojo” Herrera versus el comentarista deportivo Martinolli. Este dato, por supuesto, tiene muchas más lecturas que las relacionadas con el debate panista.Tomando en cuenta el poco interés de ciudadanos y militantes del PAN en el debate, se augura una votación pobre para el próximo domingo 16 de agosto, donde un universo de 480 mil militantes de ese partido, podrá emitir su voto en una de las 140 mesas de votación que instalará el PAN en todo el país. Es de esperarse pues, una cosecha pírrica de votos de la que emergerá un presidente nacional del PAN con muy poca legitimidad.
Del debate celebrado entre ambos candidatos hay poco que rescatar, ambos fueron pobres en propuestas, más bien se dedicaron a denostarse y a descalificarse, eso sí, con un fervor que pareciera que ellos si creen el cuento de que son demócratas y buscan el tan anhelado bien común. Durante el debate, cada que podían, ambos contendientes citaban a su fundador Manuel Gómez Morín, para tratar de engancharse de su figura, ante la evidente carencia de logros personales en favor del pueblo y de su partido; parecían políticos “túberculos”, porque lo único que presumen está enterrado en el suelo.
Anaya criticó cuantas veces pudo, al senador Corral de ser un panista “de izquierda” y muy parecido a López Obrador, tratando con ello de convencer a la audiencia de que Corral pudiera representar una amenaza parecida a la izquierda Venezolana de Hugo Chávez y su predecesor Maduro. También lo acusó de haber obtenido casi todos sus cargos electorales sin hacer campaña y sin aportar votos a su partido.
Corral por su parte no se cansó de criticar y señalar que Anaya ha sido comparsa del gobierno de Peña Nieto al que le ha apoyado en sus reformas y le ha aplaudido “hasta hincharse las manos”; incluso ha jugado golf con el Presidente de la República y algunos miembros de su gabinete. Corral también insistió en que Anaya representa la continuidad de “El consorcio”, grupo faccioso que tiene secuestrado al PAN nacional y que ha inflado el padrón de militantes para intentar mañosamente ganar la elección, además de que ha utilizado recursos públicos para su campaña.
Los dos debatientes concluyeron el debate con un discurso conciliatorio y un llamando a la unidad de su partido. Habrá que ver quién de los dos resulta ganador el próximo16 de agosto; lo cierto es que ambos representan dos opciones y proyectos diferentes dentro del panismo nacional y el vencedor tendrá a cuestas la gran tarea de reposicionar al PAN ante un escenario poco halagador para este partido, que – por citar un ejemplo – en Jalisco, otrora bastión nacional panista, cayeron al tercer lugar en el último proceso electoral, cuando hace apenas cuatro años Gobernaban el Estado.
Le falta, pues, mucha levadura a esta PAN para que pueda llegar suave, rico, esponjoso y apetecible para el electorado ante el reto de la renovación de 11 gubernaturas en 2016 y la Presidencia de la República en 2018.