CUÁNTO VALE TÚ PALABRA….
PILAR PORTOCARRERO
En la época de nuestros abuelos la palabra era ley, bastaba un apretón de manos para cerrar un trato; el valor de la palabra estaba por encima de todo. No tenían que acudir a un notario, hacer contratos o buscar testigos que avalaran lo que dos personas acordaban.
Ahora, a pesar de registrarse los acuerdos, si una de las partes decide hacerse “el vivo”, encuentra mil argucias para faltar a lo pactado.
Yo suelo creer en las personas, y soy de las que viven tranquila sin buscar verdades ocultas detrás de las palabras, pero algo ha cambiado en mí.
Confiaba en lo que me decían, y hasta hace poco siempre daba otra oportunidad a quien me falló una vez, basándome en el principio de que las personas siempre pueden cambiar; pero ahora creo que mi hija tenía razón al decirme que vivía en el Edén.
Es cierto, vivía en un paraíso inventado donde por más golpes que me dieron seguí abriendo mis puertas a las segundas oportunidades. Pero ahora entendí que quien te falla una vez siempre lo hará, y que aquel que no cumple su palabra no es digno de tu confianza. ¿Qué ha variado entre un golpe y otro?, el empezar a quererme un poco más, y el darme cuenta que solo te hace daño aquel a quien tú se lo permites.
Eres libre de creer en lo que te digan, en depositar tu confianza en una palabra que encierra promesas, amor o un simple acuerdo que tal vez no signifique mucho, pero que va delineando el perfil de la persona con la que tratas.
Esta es una de las razones de por qué la gente empieza a ser más desconfiada, y solo puedo decir que ya aprendí la lección, y que no volveré a tropezar dos veces con la misma piedra.
“Soñar es solo el principio”
*Pilar es originaria del Perú, escritora, participante en varias ferias del libro a nivel internacional y puedes leer más de ella en http://cuentosdeamordepilar.blogspot.com/
