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Allá en La Fuente…..

NEGOCIAR O MORIR?….

RODOLFO CHÁVEZ CALDERÓN

El que Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco llegara a crecer como lo hizo, no fue obra de la casualidad, fue un jefe policiaco preparado, estudioso y además ambicioso. Supo a quién atender y en qué momento; encontró la forma “de llegarles” a las personas a quienes tenía que acceder, para avanzar en el juego de ajedrez que ha sido su vida. Hoy enfrenta el temido “jaque al rey”, y él no es precisamente la reina.

Sus inicios, desde el puesto de actuario del Ministerio Público adscrito al Centro Médico Nacional de Occidente del IMSS y los Hospitales Civiles, donde conoció a un joven reportero cuya amistad lo acercó a importantes personalidades que poco a poco lo apoyaron para escalar esa prolongada pendiente que es la cadena de mandos en materia de seguridad y lo llevó a ser el hombre más poderoso de Jalisco durante casi tres años, hasta que se le consideró sacrificable y la misma cobija que lo cubría, a la que él horadó muchas veces con la deslealtad y la traición, terminó por dejarlo desprotegido. Lo mismo volteó la espalda a quienes desde abajo lo empujaron, como a quienes desde arriba lo jalaron para escalar la empinada cuesta.

Hay que reconocer, en su favor, que Luis Carlos Nájera no se conformó con tener amigos y apoyarse en ellos, ni con las recomendaciones, sino que se preparó. Acudió muchas veces, la mayoría apoyado por presupuesto oficial, a estudiar en otros países, lo que le permitió consolidar sus conocimientos y desde luego, tener el respaldo documental necesario. Supo negociar donde debía hacerlo y pudo salir avante. Podemos decir que su mayor triunfo es haber llegado vivo al momento de dejar el cargo; de eso se encargaron quienes lo custodiaban a costa del presupuesto. Ahora, por desgracia lo han dejado solo. Y es que lo mismo escaló peldaños, pero lo hizo de modo que tras subir uno, pisó al anterior y así pasó sobre unos y otros, e ignoró a quienes ya consideraba superados, se ganó odios y resentimientos de aquellos que lo vieron crecer y de algún modo lo cultivaron, de aquellos a quienes vio crecer y a quienes de algún modo cultivó.

Se sospechó siempre, y este columnista lo publicó en su momento, que protegía y mantenía nexos con cárteles de la droga, pero cualquier situación de esa índole no podría entenderse, no podría explicarse sin pensar en que en el Ejecutivo del Estado tuviera el apoyo, incluso que desde “arriba” recibiera las órdenes. Ya ni siquiera era necesario que pretendiera justificar que en Guadalajara viven las familias de los más poderosos narcos y que cada uno de esos miembros requería de gente que les diera seguridad armada, lo que tendrían que costearse de su propio peculio, pero el Estado, lo menos que podría hacer, era permitirles andar armados, lo que se hizo de tal manera durante muchos años.

Quienes lo llevaron a tales extremos, lo mantuvieron y sostuvieron; quienes le arrimaron tierrita para que creciera y todavía lo alentaron para que no buscara a tiempo la salida decorosa, de una diputación, como se rumoraba; tendrán la responsabilidad en su conciencia, de proporcionarle la protección que requiere, para que mantenga la tranquilidad de él y su familia, porque es indudable que todos ellos corren peligro.

Pero el tema central es la sucesión.- El sucesor de Luis Carlos Nájera tendrá que negociar, si no es que ya lo hizo, porque de lo contrario la delincuencia organizada, dividida en grupos, en peligrosos grupos antagónicos, dará a Jalisco un baño de sangre.

Ya en días pasados se dio la amenaza del CJNG que se siente desplazado y traicionado por Nájera, de que “levantaría” policías y los iba a asesinar, además de que robarían vehículos de la policía. El domingo robaron una patrulla y  una ambulancia, aunque las dejaron abandonadas enseguida, tales hechos pueden ser tomado como una simple muestra de poder, como una advertencia y no dudemos que todo eso, de alguna manera hubiera influido para el cese de Nájera.

Por otro lado, el desconocimiento de Eduardo Almaguer en materia de seguridad no debe alarmar a la sociedad, desde el momento en que el mando de la Fiscalía General no es propiamente policiaco, es un cargo de derecho, pero más administrativo que ejecutivo. Algo que Almaguer podrá hacer, seguramente. Sin embargo hay que ponernos a pensar en lo que tendrá que hacer para que las aguas vuelvan a su cauce… Negociar, no hay más que negociar, porque de lo contrario Jalisco se verá teñido de sangre, mucha sangre una vez más.

Recordemos que el primer Secretario de Seguridad en Jalisco, fue Daniel Ituarte, un señor que tenía más antecedentes de político y de banquero, que de policía. Sin embargo su desempeño fue bastante aceptable.

Continuará….

 

 

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