EL ADIÓS A UNA LEYENDA DEL PERIODISMO
La madrugada del pasado jueves 2 de julio, se informó el lamentable fallecimiento del maestro de maestros del periodismo en México, Jacobo Zabludovsky, quien murió víctima de un derrame cerebral.Los mexicanos le debemos un verdadero homenaje al comunicador que hizo historia con la presentación de las noticias diarias de lunes a viernes, durante 27 años; fuimos varias generaciones las que nos desarrollamos informándonos con su noticiero “24 HORAS”, que inicio en Septiembre de 1970 y finalizó en el mes de Enero del año 1998.
Nacido en la Colonia Doctores de la ciudad de México del D.F., Jacobo fue sin lugar a dudas un emblema de los noticieros de la prensa escrita, la radio y la televisión, durante su larga actividad profesional entrevistó con su refinado estilo a un sin número de personajes, entre los que destacaron varios artistas, políticos y líderes nacionales e internacionales.
Zabludovsky, inició su apasionante carrera en 1946, realizó el primer noticiero en el año 1950 en el canal 4 de la incipiente televisión mexicana, recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1976, el Premio Internacional de Periodismo “Rey de España”, la medalla “Eduardo Neri”, de la Cámara de Diputados, el Premio de la Asociación de Cronistas de Nueva York, fue miembro del patronato de la UNAM y del Consejo de su siempre amado Centro Histórico de la ciudad de México, además de otros galardones de diversos gobiernos, organismos civiles y de prensa.
Criticado por algunos intelectuales y periodistas por su cercanía con el partido que gobernó el país por más de 70 años, (aunque durante ese tiempo no había otra opción), promotor incansable para la implementación de la carrera de periodismo en algunas universidades de nuestro país.
Este referente de los medios de comunicación, narro diversos acontecimientos que modificaron el rumbo del planeta, realizó extraordinarios reportajes y disfrutó de su última participación profesional con el noticiero radiofónico “De Una a Tres” del Grupo Radio Centro.
Las personas que tuvieron la fortuna de convivir con él, lo describen como un comunicador perfeccionista, disciplinado, exigente, pero sobre todo un ser humano simpático, culto, sencillo y excepcional.
Hijo, esposo y padre ejemplar, amante de la lectura, del arte, la pintura, del trabajo intenso y de su oficio, sin lugar a dudas deja un espacio en los medios de comunicación difícil de igualar, pero aún más complicado de alcanzar.
Por estas razones, aunque tengo la certeza de que este humilde espacio es insuficiente para reconocerle el dinamismo y la cultura periodística que le heredó e imprimió a esta nación, los principiantes de este entrañable oficio, con una gran añoranza, nos unimos a la pena que embarga a su familia, a sus amigos y compañeros de profesión.
¡Hasta siempre Maestro!!!!
Cordialmente
El Director General