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Pulso Crítico: Nada Qué Presumir

HÉCTOR MANUEL RAMOS PRECIADO

En la semana pasada, llamó la atención de nuestra sociedad el tercero y último informe de los acaldes de la zona metropolitana. Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco y Zapotlanejo fueron escenario de uno de los actos más absurdos de nuestra clase política Mexicana: presumir lo que es su obligación hacer y que además lo hacen mal.

A pesar de que reciben estratosféricos salarios y de contar con un sinnúmero de apoyos materiales, económicos y de personal (asesores coordinados por un jefe) para cumplir con su función; simplemente los ciudadanos no vimos en estos gobiernos municipales que terminan, avances que nos permitan elevar nuestra calidad de vida. Por el contrario, parece que nos estacionamos en el tiempo e incluso en algunos casos, pareciera que retrocedimos.

Basta caminar por el centro de Guadalajara para darnos cuenta del abandono y deterioro de nuestra ciudad, ni que decir de la proliferación de baches y calles en pésimo estado, que a diario nos ponen en riesgo de dañar nuestros autos y nuestra integridad física.

Lo mismo se puede decir de Zapopan, el Municipio con los asentamientos más ricos de la metrópoli, sigue contando con zonas de grandes desigualdades socio-económicas, basta ver la abismal distancia entre la zona de las avenidas patria y acueducto con la colonia Lomas de la Primavera, pareciera que se trata de dos países distintos, cuando en realidad es el mismo Municipio. Igual sucede en Tlajomulco, mientras el cabecera municipal parece estacionada en el pasado, en  otras zonas se impulsa el desarrollismo (crecimiento poblacional sin planeación) a gran escala. Tonalá y Tlaquepaque son también escenarios de grandes contrastes y de gobiernos mediocres.

Con una nómina abultadísima heredada por los gobiernos panistas  y refrendada convenencieramente por los gobiernos priistas, estas administraciones municipales – que por fortuna están por concluir – pasaran a la historia como una de las  más mediocres, tanto que con el tiempo ni siquiera serán recordadas; pues no dejaron obra pública que trascienda, simplemente se dedicaron a medio dar mantenimiento a la ya existente y en algunos casos ni para eso les ajustó (como el bacheo de calle). Podrán algunos, como el caso de Guadalajara, argumentar que les dejaron una abultada deuda pública que les impidió realizar obra trascendente, pero lo cierto es que la administración encabezada por Ramiro Hernández, se la vivió entre manifestaciones de protesta, escándalos de corrupción y la designación de amigos o compromisos políticos en los cargos más importantes de la administración, lo que deja al primer Edil saliente tan mal parado, que en lo futuro sus aspiraciones políticas, solo le alcanzarán para cargos de mediano nivel.

En Zapopan, a pesar del alto perfil académico de Héctor Robles (Doctor en Políticas Públicas), se notó su inexperiencia y falta de oficio político, tan es así que se le recordará por sus desafortunadas declaraciones – entre otras- de que en su administración se agarraba a los jóvenes a macanazos. “Jóvenes con provenir”, la ciclo vía de avenida Santa Margarita y la pavimentación en corto tiempo (como debe ser) de la avenida Vallarta, son sin duda aciertos de su administración, pero no lo suficientes como para lograr la aprobación social de su gestión.

En Tlaquepaque, la peor expresión del cacicazgo priista encarnada en Alfredo Barba Jr., se encargó – como era de esperarse – de un gobierno que en nada benefició a sus ciudadanos, pero habrá que ver el movimiento de las finanzas de la familia Barba para percatarnos de quienes realmente se beneficiados con esta gobierno que ni se notó y que a la postre le costó al actual alcalde perder la contienda por la diputación.

De Tonalá ni hablar, “el pariente de todos” Jorge Arana, criticado por dar espacios laborales a sus familiares y amigos, nadó de muertito todo el trienio y cerró con un conflicto social por el proyecto cultural con teleférico “Yolkán” en el emblemático cerro de la Reyna.

Para rematar y fieles a su estilo de hacer política con el dinero público, los salientes alcaldes terminan sus periodos con mucha grilla (que no es lo mismo que política) y poca administración, a través de informes fastuosos y campañas propagandísticas en las que destacan mensajes ambiguos que tienen como único propósito fortalecer su imagen personal y en los que bien pudieran cerrar sus slogans con la frase “….nada que presumir”

Héctor M. Ramos Preciado

Cel. 331 4 66 60 88.

 

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